domingo, 12 de abril de 2009

Capítulo Nº Veintinueve.

Entereza.



Era de noche aun cuando desperté. Mi corazón continuaba sollozando y pegaba suspiros cada minuto. Me gire para ver si Jeremy continuaba ahí. Y ahí se encontraba. Mirándome con rostro ido. Tenía entre sus manos mis dedos, jugueteaba con ellos, y yo no lo sentía. Una lágrima recorrió mis pómulos y llego hasta mi barbilla. Ahí estábamos, en silencio. Sin nada que decir. El sufriendo una pérdida que no le pertenecía. Sus ojos estaban vidriosos, mostraban la amargura y reflejaban restos de humedad. Lágrimas supuse. No había otra cosa que le pudiera humedecer sus pupilas así.


- Lo siento...- dije mientras limpiaba los rastrojos húmedos alrededor de sus ojos almendrados.

- No te disculpes.

Continuamos observándonos a los ojos. Como si el tiempo no corriera. Como si siempre estuviéramos haciéndolo.

Se levanto mientras acariciaba mis mejillas con las manos.


- ¡Como quisiera evitar el sufrimiento de - nuestros seres amados -. Cuánto no estaría dispuesto a intercambiar con ellos su lugar cuando los vemos llorar! Qué paradójica es la vida: la mejor manera de crecer es cayéndose y la más útil forma de ayudar a alguien es únicamente acompañándolo mientras se levanta.

No supe que decir, solo lo mire con incredibilidad.


- Tranquila mi vida... no estas sola. Nunca lo has estado.

- Jeremy... yo...- no me dejo terminar la frase.

- Sh,- dijo con ternura,- no hables, solo descansa y olvida.

Lo mire con coraje.

- Si tu piensas que podré hacerlo... estas equivocado,- trague un buen sorbo de aire,- jamás podré olvidar a Dilan, y tampoco pienso hacerlo.

Asintió con la cabeza.

- Debes tener voluntad.

Entrelacé las cejas al punto de tocarse.

- Voluntad es lo que menos tengo,- dije desafiante.- no olvidare a Dilan jamás...

- Recuerda Cathlen,- dijo Jeremy con voz tranquila,- la voluntad sirve para empezar a correr, no... Para terminar.


Lo mire con mala cara. ¿De que me servia tener voluntad a algo que ni siquiera estaba de acuerdo? No olvidaría a Dilan por nada en el mundo. El había sido lo mejor que me había pasado. Y no porque el ya no estuviera, mis sentimientos hacia el cambiarían.

- y...entonces... ¿que harás?,- pregunto ansioso Jeremy.


No estaba segura de que haría. Estaba muerta en vida. Pero de algo estaba claro. La muerte de Dilan no la dejaría inmune. Amber debía pagar por todo. Me había arrancado el corazón sin piedad. Y lo mismo haría yo.


- Ir a por Amber,- dije con una chispa en el rostro.

Jeremy puso los ojos en blanco.

- ¿Quieres que te mate a ti también? Estas loca.

- Ya estoy muerta Jeremy, solo que me corazón sigue latiendo, vació. Amber me quito mi vida, me quito mi ser. El motivo por el cual existo.

Jeremy resoplo ante mis palabras. Se estaba cabreando con el asunto.

- Vale. Pero... ¿acaso serías capas de darle muerte a tu prima?


- Si,- dije algo dudosa para mis adentros. Jamás había matado a nadie. Y la idea de que compartía lazos sanguíneos con Amber no me ayudaba mucho. Pero en cuanto se me venia a la mente el rostro triste y frío de Dilan, todo cambiaba.

- Te ayudare.- dijo Jeremy luego de unos minutos.

- No,- dije tajante. No permitiría perderlo ahora a el.

- No te dejare ir sola Cathlen.

- Jeremy. No. Ya perdí a lo que más quería, lo que más amaba. No quiero perderte a ti.

- ¿Y que tiene...? No sientes nada por mí. ¿De que vale tanta preocupación?

Puse los ojos en blanco.

- Jeremy te quiero. Como amigo. Lo de nosotros fue genial. Pero solo un sueño.

- Vale vale. Pero aun así no te dejare luchar sola.

No veía por donde podría hacer que Jeremy cambiara de parecer. Lo deje pasar.


- ¿Que hora es?,- dije mirando hacia la ventana. Aun estaba a oscuras.

- Emm, deben ser como las 3 de la madrugada. No has dormido mucho.

- Te toca dormir Jeremy. Has estado cuidando mi sueño mucho tiempo.

Negó con la cabeza.

- No te preocupes por mí.

- Vale, iré al baño.

Necesitaba estar un momento sola.

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