viernes, 10 de abril de 2009

Capítulo Nº Veintisiete.

Electroshock.

Me levante con rapidez antes de que Jeremy llegara e hiciera la cosa más vergonzosa. Amber resoplo de impaciencia.

- Bien bien, dejamos los modales. Y dime chiquillo... ¿que deseas?

- ¿Estas bien?,- me pregunto Jeremy ignorando a Amber y tomándome un brazo mientras me sacudía la ropa embarrada.

- Eh, si, déjalo ya.- Su preocupación me aturdía y hacia que mi cara se calentara aun más.

Amber resopló con impaciencia. Jeremy se volteó para encararla y le lanzo una mirada de puro odio. Me estremecí al verlo.

- Jeremy... esto...eh...- me callo pegando un grito.

- ¡No! Como pudiste entregarte así...de...- dejo la frase inconclusa, sabía que cada palabra me hacia daño. Me estaba encogiendo de hombros a medida que alzaba la voz.

Jeremy suspiro. Para luego tomarme la mano. Amber nos miro poniendo los ojos en blanco.

- ¡Jaja! resulta que esto ahora es un trío.- soltó en carcajadas.

Le mire con fuego en las pupilas, sentía comezón en los brazos. Y deseaba correr hacia ella y enterrarle el puño en la cara. Pero Jeremy que aun me sostenía la mano, me la aferro hacia su costado, al notar mi tención y las ganas de ir tras Amber.

- Veo que no tengo otra alternativa,- dijo Amber cruzando los brazos,- tendré que soltar toda la sopa.

- De... que hablas,- replique aun intentando controlar mis ganas de golpearla.

- Puaj, Eh chico... este Jeremy. Si no sueltas a la niñita esta... me veras obligada a matar a su novio.- Sentí como mis ojos se salían de las orbitas. Amber asintió contestando algo que yo ni siquiera había pronunciado.- Tengo de rehén a tu querido Dilan.

La furia me encamino, sentí el recorrido de mi sangre que hervía por mis venas, de los pies a la cabeza. La cabeza se me movía de un lado a otro, pero controle el mareo. Porque de esta, Amber no salía. Tire del brazo de Jeremy para que me soltara. No se de adonde saque tanta fuerza para lograrlo. Pero me safe y me tire en contra del cuerpo de Amber que ni siquiera había tenido tiempo de posicionarse a la defensiva. Al caer contra el suelo, quede montada encima de ella, mientras le golpeaba el rostro sin cesar. Mi rostro se lleno de sangre de Amber, pensé por un minuto detenerme. Creía que era suficiente. Pero luego se me vino a la mente el hermoso rostro de Dilan. Y continué golpeando mientras tiraba palabrotas sin sentido.

-Te... Eres... Una... Jamás...perdonare.

Ya no podía sentir los nudillos de mis manos y deje de golpearle el rostro, para llevar mis manos sobre su cuello e intentar ahorcarla. Ella solo luchaba para quitarme de encima, mientras empuja mi dorso hacia a tras. Estaba tan aferrada de su cuello que ni sentí los empujones. De un momento a otro Amber dejo de forzar, para hacerme frente, me sonrío irónicamente y se llevó una de sus manos al bolsillo de su poleron color gris. Pude ver que sacaba de el un pequeño aparato electrónico. Me pregunte que era, pero continué apretujando su cuello. Las manos de Amber comenzaron a temblar junto con su cuerpo. Tomo unos segundo en insertar aquel aparato por el lado de mis costillas, sin que yo pudiera evitarlo. Me estremecí ante el electroshock que me había proporcionado, mi cuerpo comenzó a convulsionar. Saco el aparato de mis costillas y me echo a un lado. Mis tendones comenzaron a romperse, y sentía cada rasgadura en todo el cuerpo, una por una. Todo comenzó a nublarse mientras me agitaba y pegaba gritos de dolor. Pude entre ver a Jeremy tras unas nubes grises, sentí sus manos calidas sobre mi rostro y podía oír su voz a lo lejos...

- ¡Cathlen, Cathlen... no te vallas, quédate conmigo! ¡No cierres los ojos!,- su voz se perdía junto con su rostro en la oscuridad. Mi cuerpo continuaba pegando saltos desesperados en el suelo.

El rostro de Dilan copo toda mi vista. Comencé a recordar todos los momentos junto a el. Aquel día que apareció en su brillante descapotable negro, la vez que me salvo y luego se metió a hurtadillas a mi habitación en la casa blanca. Algo frío y húmedo me pegoteo las mejillas, pude darme cuenta que eran lágrimas, pero no estaba segura si era yo la que estaba llorando o Jeremy. El dolor comenzó a disminuir mientras las imágenes en mi cabeza era cada vez más vividas. Mi cuerpo quedo rígido como una tabla, no sentía los dedos de mis manos ni nada. Era una estatua viviente. Dura como una piedra. Abrí los ojos, y ahí estaba el rostro de Jeremy, sus ojos estaban cubiertos de una capa nebulosa, eran lágrimas. Lágrimas por mí. Intente llevar mi brazo hacia su rostro, para quitarlas. Pero solo conseguí sentir la rigidez de mis tendones y el dolor que me provocaba cada movimiento.

- ¡Cathlen! ¡¿Estas bien?!- intente asentir con la cabeza, pero sentí como una aguja me pinchaba en la nuca.

- Sssi.,- dije al fin.

Jeremy suspiro votando el aire desganado. Se tiro sobre mí y me abrazo tan fuerte que solté un quejido. Jeremy se disculpo pero no se alejo. Una de sus manos se deslizo hacia mi cabeza y la otra hacia mi cintura. Mire hacia donde había estado Amber, esta se estaba levantando, mientras se embarraba las manos de la sangre que tenia en el rostro. Me echo una mirada amenazadora y salió echa una bala hacia su camión rosa intenso. La perdí de vista luego de unos momentos.

Capítulo Nº Veintiséis.

Incautación Facultativa.


Ya que no pude pronunciar ni una palabra o gemido, me aleje en acto reflejo de Dilan, soltándole la mano muy lentamente, para que no se sintiera mal. Este se voltio con asombro en los ojos. Me dolió verlo así, pero sabia que eso era lo que debía de hacer. No dejaría que le pasara algo por mi causa. Retrocedió un paso y volvió a tomarme la mano, antes de poder decir algo espeto.

- Somos uno, recuerdas.

Jeremy a unos cuantos metros adelante soltó un gruñido. Había olvidado por completo su presencia.

- Vete Jeremy. Este es asunto mío.

- Lo haré,- dijo sin voltearse para darme cara.- Esto me esta dando nauseas.

Lo había dicho irónicamente. Lo mire con mala cara. Aunque este ni me vio, seguía mirando a la rubia que estaba de pie enfrente, sin decir ni mu.

- Estaré cerca.- dijo y se marcho de inmediato, no le seguí con la mirada. Miraba a Amber.

- Valla,- dijo la rubia cruzando los brazos, tenía pegada su mirada en las manos entrelazadas de Dilan y la mía.- No me sorprende.- dijo luego de unos segundos.

El cuerpo de Dilan se tenso a mi lado, su mano ya no estaba calida como siempre. Se mantenía fría a la par de la mía.

Intente respirar para poder hablar.

- Amber... que es lo que quieres...- la voz se me quebró. Y sentí que me iba a desvanecer. Saque fuerzas para seguir de pie. No dejaría que esto me venciera.

- A ti Cathlen, necesito que me acompañes.

Dilan se agazapo cubriéndome con su cuerpo. Amber alzo una ceja y continúo

- No le haré daño...y será por unos días nada más.

- ¡No!,- rugió Dilan tajantemente.

Llevé mis manos sobre sus hombros para hacerlo a un lado.

- Estaré bien.

Amber sonrió.

- ¡NO!,- volvió a gritar Dilan.- Tendrás que matarme antes de llevártela.

El rostro de Amber noto un leve desafió.

- No me tientes,- dijo con su voz pétrea y fría.

Pestañee rápidamente, mientras intentaba safarme de la mano de Dilan.

- Dilan, volveré.

- Cathlen, no lo hagas por favor.- podía ver en su rostro tristeza. Sabía que no podría detenerme, y recurrió a la suplica.

- No lo hagas,- dije pero la voz me volvió a fallar.- debo hacerlo, por ti y Jeremy.

Note que no le había gustado que nombrara a Jeremy pues tenso el rostro, pero luego de unos momentos volvió a su forma normal.

- Te sacare de ahí,- susurro a mi oído bien bajo.

Asentí. Me beso en la mejilla y soltó mi mano.

Camine lentamente hacia Amber. Esta se había encaminado hacia el bosque, la seguí mientras me volteaba para ver a Dilan. Su mirada choco con la mía y fue peor. Unas lágrimas brotaron de mis ojos y me rendí, me voltee para verle la espalda a la rubia que se suponía era mi prima.

- Sube a la camioneta prima mía,- dijo luego de unos minutos de caminar. Me guiño un ojo y apunto hacia un tanque color rosado intenso.

Podría verse a lo lejos, pues el color era chillón. No parecía en verdad una camioneta, sino más bien un camión en miniatura o algo por el estilo. Amber se acerco a ella. Las llantas le llegaban por la cintura. Di la vuelta para subirme por el lado del copiloto. Amber me lanzo una mala cara.

- Hey manejas tu, siempre has sido mejor que yo en esto,- dijo irónicamente como siempre lo hacia. Pegué un largo suspiro y me encamine hacia el otro lado mientras me preguntaba como diablos me subiría. Pues quedaba bastante lejos del suelo la camioneta. Al llegar al costado alce la mano hacia la manilla, pero la puerta se abrió. Amber ya estaba sentada con una mano hacia mí.

- Esta monisimo, ¿no crees?

Bufe, monisimo le quedaba grande. Esta cosa parecía una nave extraterrestre si no fuera por el color rosa chillón, echo a la medida para una loca como Amber. Esta noto mi desagrado y soltó una risita.

- Eeeh es un Hummer H2, son de los caros.-dijo riéndose para ella.

Puse los ojos en blanco. Me portaba un bledo que marca era y menos el costo. La porquería esta era horrible a mi gusto. Me agazapé de una manilla de acero inoxidable para tomar impulso y subir. Me costo lograrlo, pues los pies se me quedaron colgando y tuve que hacer fuerza con los brazos. Una vez arriba de la nave extraterrestre, busque los pedales y lo eche a andar. Tuve cuidado al presionar el acelerador, la cosa esa tenía pinta de que saldría echa una bala a penas la tocara. Amber se rió vertiginosamente mientras tiraba palabras que eran invendibles por las carcajadas.

- ¿Po...porque... haces ee… eso?,- dijo entre risas.

- ¿Hacer que?,- dije ignorándole las risas y sin despegar mi mirada hacia el frente.

- ¿Acaso tienes miedo estamparte contra algo?,- no pude contestar pues continuo,- Baah, acaso no puedes controlar ¡TODO!

Sus palabras revolotearon en mi mente. ¿Amber sabía de mi poder? Quede petrificada en el asiento. Pero no por el hecho de que Amber conociera el pequeño secreto. Sino por lo que veía en frente de mí. A unos cuantos metros se encontraba Jeremy de brazos cruzados negándose a moverse. Me estremecí, esto empeoraría todo. Amber dejo de reírse y seguí lo que yo miraba. Pegó un suspiro largo. Frene en seco antes de acercarme más a Jeremy. Amber se había bajado del tanque rosa antes de que yo lo pudiera ver y grito desde afuera.

- Quédate ahí.

No pensaba hacerle caso. Que se creía esta ahora. Abrí la pesada puerta y saque los pies. Me entro un leve temblor cuando calcule la distancia de ahí al suelo. Era bastantemente amplia. Pero no me iba a quedar ahí, mientras que Amber y Jeremy quizás se peleaban. Ni siquiera me gire para ver en que estaban. Me aferre a la manilla, y me arrastre hacia abajo, pero como siempre resbale y me solté de la manilla, caí como plomo al suelo. Sentada y toda embarrada. Genial. Lo sentí por mi ropa, que ahora estaba media seca por el chapuzón y ahora embarrada. Tenía que sufrir mis torpezas. Dirigí la mirada hacia Jeremy y Amber, para asegurarme de que no se había percatado de mi incidente. Equivocada. Los dos me miraban con ojos de huevos fritos. Acto seguido, Amber soltó a carcajadas, tapándose la boca y apretándose el abdomen. Jeremy al contrarío, camino hacia mí suspirando. El estaba acostumbrado a cosas embarazosas como estas. Levante una mano para advertirle que me encontraba bien, mientras mi cara se inundaba por el color de un tomate.

- Estoy bien,- dije al ver que Jeremy no detenía su paso.