jueves, 30 de abril de 2009

Capítulo Nº Treinta y siete.

Silueta.





Al sentir sus calidos labios sobre los míos quede perpleja en el lugar, movió una de sus manos hacia mi cintura y la otra la enredó en mis cabellos, apretando mi rostro contra el suyo. Mis labios que por un momento se entumecieron ahora estaban calidos y sentía un hormigueó en los pliegues del labio superior. Jeremy me aferro por la cintura atrayéndome aun más hacia el, como si fuera a escapar. Mi mente estaba en blanco y no podía reaccionar, cerré los ojos, me sentía aturdida y a penas los cerré llegaron a mi imágenes y sensaciones, podía escuchar el tormentoso latir de Jeremy y los árboles agitándose a nuestro alrededor. Pero luego de eso la imagen cambio, ahora me mostraba a Amber y su compañero Lionel. Sus cuerpos estaban tibios y tranquilos, pude percibir otro calor más sofocante que me hizo intentar retroceder, pero los brazos de Jeremy me tenía sujeta a el y no había forma en poder escapar a menos que utilizara mi poder, pero me sentía muy vulnerable para utilizarlo. El calor comenzó a apoderarse de mi cada vez más y pronto pude ver una silueta esbelta detrás de Amber y Lionel, me concentre para poder verlo, pero me era imposible. Jeremy abrió su boca aun pegada a la mía. Pude captar lo que se proponía. Ladeo su cabeza unos centímetros. El quería... quería... Intento moldar sus labios con los míos apasionadamente. Su cuerpo ardía de pasión, lo pude sentir. Enseguida y sin pensar intente correr mi cabeza hacia un lado para esquivar su segundo beso, que por lo que mi intuición me gritaba, no sería nada de igual con el primero. Pero Jeremy me sostuvo fielmente la cabeza y no pude moverme ni un centímetro. Al ver que su rostro se acercaba cada vez a mi lo lancé lejos hacia el suelo. Jeremy pego un grito en el suelo, al verse inmovilizado.

- ¡Hey! Tramposa,- gimió tomando sus piernas que parecían muertas.

No estaba de humor para responderle nada, con lo caliente que estaba de seguro le fracturaría todo el cuerpo. Su beso no me había provocado nada. Mis sentimientos hacia Dilan eran tan fuertes, que era imposible sentir algo más que cariño hacia Jeremy. Aunque alguna vez sentí algo por el. Pero no tan fuerte como lo que sentía cuando estaba con Dilan, el era diferente. Todo era diferente...

Le di las espaldas y me concentre en la silueta, cerré los ojos nuevamente e intente averiguar que era aquello que se me hacia tan familiar. Ignore por completo los bruscos palpitares de Jeremy intentando producir algo de movimiento con sus piernas y me concentre en lo lejano del bosque. La silueta estaba inmóvil, pero de ella procedía cierto calor que me turbaba. Estaba segura de que pertenecía a una persona... y no a aquellos seres, el bombear de su corazón era distinto, era como si cada palpitar que diera lo hiciera con una delicadeza y cuidado máximo. Olvide todo para concentrarme en la silueta que ahora veía pero difuminada. Estaba atento cada movimiento, cada sonido. Se encontraba alerta de algo. Jeremy poso su mano en mi hombro delicadamente, sacándome del transe de excitación. Abrí los ojos de golpe, había olvidado mantenerlo inmóvil, y se había liberado de mi poder. Mi corazón comenzó a palpitar más deprisa al no sentir ni ver a aquella silueta. Me sentía vacía. Y ansiosa de volver a cerrar los ojos, para contemplarla.

- ¿Sucede algo Cathlen?,- me voltee para mirarlo,- Yo... lo siento. No quería...

Interrumpí su discurso, no había tiempo para disculpas y tampoco estaba para dárselas. Así que lo calle.

- Shh, luego te regañare,- intente ser convincente, pero me salio algo infantil.- Ahora déjame que estoy en medio de algo.

El asintió sonriente y se alejo unos cuantos pasos de mí.

Volví a cerrar los ojos impaciente, y enseguida la imagen que estaba esperando voló a mi cerebro. Ahora todo estaba completo, podía sentir su respiración, y su acompasado corazón que latía con precaución. No podía comprender bien su expresión, su rostro estaba rígido y su postura era la de un cazador. Amber y Lionel se encontraban adelante de el discutiendo algo que no podía oír. Dilan ni se molestaba en mirarlos, su vista estaba enfocada al bosque, entre medio de los árboles. Echa un lió de que hacer, abrí los ojos y me voltee para buscar a Jeremy, que se encontraba de brazos cruzados haciendo círculos con el pie en la tierra del suelo.

- ¡Es Dilan!,- grite pegando saltos hacia el.

Jeremy abrió sus ojos al punto que parecían que se les iba.

- ¡Esta vivo!,- volví a gritar.

Jeremy estiro sus brazos por alrededor de su cuerpo y suspiro pesadamente.

- ¿Esta con la bruja esa y la tabla humana?

Asentí mientras unas lágrimas salían precipitadamente de mis ojos.

- Bien, manos a la obra entonces, acabemos con esto de una buena vez.

Abrió el paso, tomo de mi mano y me llevó hacia el bosque casi corriendo. Echamos a correr por el bosque sin decir ni una palabra, Jeremy me soltó y se hizo a un lado. Luego volvió a mi lado pero transformado de un leopardo. Su tamaño era inmenso, me insito a montarlo a lo que yo aprobé sin dudar y nos adentramos camino hacia donde se encontraba mi novio y mi enemiga...