lunes, 20 de abril de 2009

Capítulo Nº Treinta y Tres.

¿Intercambio?.

Jeremy lanzo una mirada cariñosa al verme pegada a la ventana mirándolo como tarada. Me sorprendió al no percatarse de mi expresión. Que era llena de dolor. Seguramente ya estaba acostumbrado, desde la noticia de la muerte de Dilan mi expresión se había convertido en algo inanimado. Mi guiño un ojo mientras sacaba unas bolsas de la parte trasera del vehiculo. Di una vuelta y comencé a mascar por primera vez aquel pan integral. Tome pequeños sorbos del jugo sin ganas. No quería menospreciar el desayuno de Jeremy. Y luego tragué el huevo junto con el pan. Busque mi maleta que se encontraba a un lado de un gigantesco armario. Busque unos jeans pitillo algo apretados y una camisa manga corta de color blanco. Me dispuse a bajar sin mirarme al espejo. Llegué a una sala amplia que tenía unos sofás ambiguos pero eran hermosos. Aquella sala que era la entrada de la casa nunca la había visto. Pues las dos veces que había pisando la casa lo hice en los brazos de alguien e inconciente. Jeremy entro por la puerta principal dejando las bolsas en el suelo y corriendo a abrazarme. Me tomo por la cintura y me tomo en brazos dando vueltas. Me aferre de le ya media grogui y perpleja por su reacción. El no se merece esto. Me dije a mi misma con tristeza. Luego de unas par de vueltas más me dejo en el suelo sin soltar mis manos.

- Valla, te ves genial,- dijo sonriéndome. Esa sonrisa tan cariñosa que adoraba. Le devolví la sonrisa.

- Gracias por el desayuno,- dije sonrojándome. Pues la verdad era que me sentía como una niña con tanta atención por parte de Jeremy. Incapaz de hacer algo por mi misma.

- Oh vale, no te preocupes. Traje el almuerzo.- Dijo agarrando las bolsas y caminando hacia…em supongo que la cocina. Le seguí los pasos. Y en efecto, era la cocina, y bien amplia. Era más grande que la habitación en donde dormía. Era hermosa.

- Yo cocinare,- dije mientras me sonrojaba nuevamente.

- Mm., ¿segura?

- Si,- le dedique una sonrisa.

- Vale vale. No quemes nada ¿Si?

Lo mire con mala cara y el se rió.

Mientras sacaba las cosas de las bolsas Jeremy se sentó cerca de la mesa de diario a observarme. Las manos comenzaron a temblarme, me sentía nerviosa con su vista pegada a mi espalda.

- Así que… eem Cathlen…- Me gire para mirarle, comenzó a juguetear con sus manos y parecía que sudaba.- ¿Vas a ir a por Amber?

- ¿Cómo sabes…?

- Hey, no es difícil de adivinar.- Estaba en lo cierto.- Pues, tienes claro que no te dejare ir sola.

Lo mire con tristeza. Estaba barajando la posibilidad de contarle mi conversación con el anciano. El estaría de mi lado. Y así podríamos fingir su “secuestro o muerte”

- Lo se Jeremy.

- … ¿Y no vas a decirme nada?

- ¿Qué quieres que te diga?

- ¡Pues no se! Algún regaño, deberías echarme, que se yo, unas de esas actitudes que tienes.

Sonreí, pero que bien me conocía Jeremy. Nuestros años juntos no eran en vano.

- Jeremy, resulta que… Dilan no esta muerto…

La frente de Jeremy se crispó.

- ¡¿Qque Diices?! ¿Cómo sabes tu eso?

- Solo lo se vale. Bueno no estoy segura. Pero cabe la posibilidad….

- ¡Pero eso es imposible!... ¿Y que harás?

- Pues iré tras Amber, y verificar lo que supongo.

- No te aferres a esa idea Cathlen.- Jeremy se levanto para acariciarme el rostro.

- Lo se Jeremy, pero sin Dilan yo no puedo ni quiero existir.

Me aferro a su cuerpo consolándome. La verdad que entendí su actitud, pero mis ojos ya no caían lágrimas.

- Jeremy, esto… eh… necesito tu ayuda.- No sabía como empezar ni como se lo iba a tomar.

- Lo que sea Cathlen,- nos separamos y quedamos mirándonos de frente.

- Amber… esto. Amber se ah enamorado de ti.

Pensé que le iría a dar un ataque apenas pronunciaba la palabra “se enamoro”, se quedo tieso en el lugar con los ojos abiertos de par en par.

- Mi idea es engañarla. Hacerle creer que si no deja libre a Dilan, te matare.

Los ojos de Jeremy se abrieron con más intensidad.

- ¡Quieres hacer un intercambio!,- grito enfadado.

- ¡No, no! Jeremy, no es un intercambio. Es para engañarla.

- ¡Pues a mi no me parece que fuera eso… Tu quieres desacerté de mi para recuperar a tu novio!

- No seas cruel Jeremy. Te necesito.

Movió su cabeza de un lado a otro. No pensaba cooperar.

- Bien. Si no piensas ayudarme tendré que secuestrarte por las malas,- dije furiosa y cruzando los brazos,- y mira que no me será nada difícil hacerlo.

- No serias capas...,- dijo achicando sus ojos.

- ¡Pruébame!,- le incité.

Pego un suspiro. Sabía que conmigo no podía, le llevaba en ventaja mi poder.

- Eres egoísta Cathlen.

Su comentario me había dado en el blanco. Sabía que estaba siendo egoísta. Yo no quería involucrarle en todo esto. Pero en verdad lo necesitaba.

- Vale, gracias por tu NO ayuda,- dije enfadada y me dispuse a subir al segundo piso. Saque mi maleta de bajo de la cama y luego baje las escaleras. Jeremy se encontraba de brazos cruzados a un costado de uno de los sofás. Lo observe de reojos mientras recogía las llaves del descapotable y salía de la casa. Me monte en el carro y lo encendí.

- ¡A donde vas!

- ¡Sabes bien a donde voy!,- le grite irónicamente.

Arranque el descapotable y presioné el acelerador hasta el fondo. Sentí tras de mi un suspiro interminable de Jeremy. Mire por el espejo retrovisor, pero ya no se encontraba ahí. Me gire para mirar hacia la casa que dejaba atrás. A lo lejos sentí unos ladridos. Excelente un perro venía tras de mi. El perro de pelaje café se acerco a la puerta continua del coche y pego un salto hacia dentro. Lo mire con cara de pocos amigos, mientras bajaba la velocidad, pues ya habíamos entrado a zonas urbanas. El pequeño perro se fue al asiento trasero para luego volver en forma humana y con sus ropas a medio poner.

- ¡¿Qué haces aquí?!-, dije apretando el manubrio que tenía entre mis manos.

- Vengo a ayudarte.

Lo mire de reojos y poniendo los ojos en blanco.

- Tan fácil cambias de opinión.- Jeremy propicio algo parecido a un suspiro estruendoso.

- Si quieres me voy.- Dijo haciendo que saltaba del carro.

- ¡He para!,- dije asustada.

Jeremy se voltio sonriente. Puse los ojos en blanco.

- Gracias.

- De nada mi cielo.