domingo, 22 de febrero de 2009

Capítulo Nº Siete.


Sobre-Humano.

Intente recordar como había llegado ahí. No tuve existo. Me levante de un salto de la cama, tirando la colcha al suelo. Un horrible y fuerte dolor me inundo en la parte superior de la cabeza, cerca de mi cien. ¿Que me pasaba?, no era un dolor de jaqueca, si no como que me abría golpeado. Lo ultimo que recordaba era...

- Cathlen, recuestaté. Aun no te has recuperado. - Dilan entro casi corriendo a la habitación y tomo mis brazos con sus manos guiándome a la cama. Obedecí, no me sentía nada de bien.
- Que... Sucedió Dilan. - Mi voz sonaba débil.
- Eh.. - Hizo una larga pausa. Desifre que estaba curioseando mi cerebro. Soltó una suave risa. Muy agradable para mi gusto. Si no lo fuera, hubiera sentido una punzada en la cabeza.
- Cathlen. Tu... ¿No recuerdas nada? - Sus ojos mostraron horror. Y la sonrisa se borro de su rostro de inmediato. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo. Estaba tan confundida, no entendía nada. Tocaron la puerta del cuarto. Dilan y yo miramos a esa dirección.
- ¿Como te sientes Cathlen? - Era Lionel. - ¿Pasa el dolor?
- Oh, si o eso creo. Gracias.
- Ha valla, me alegro. Ese fue un tremendo porrazo.
Abrí los ojos de par en par... ¿Acaso me había caído?. Bueno no lo dudaba, mis pies me fallaban de vez en cuando. ¿Pero tan fuerte para no recordar nada?. Esto me asustaba.
- Tranquila, estarás bien - La voz de Dilan me tranquilizaba. Apolle mi cabeza en la almuada. Lo ultimo que recordaba era la llegada de mi prima y las extrañas miradas de Dilan sobre ella. Algo irritante en verdad. Deje de pensar en ello.
- Creo que el caballo tuvo mas suerte que ti eh. - Levante rápidamente la cabeza. ¿Que decía Lionel?. ¿Un caballo?. Dilan supo de inmediato lo que pensaba e hizo callar de inmediato a Lionel.
- Eh Lionel. No recuerda nada de lo que sucedió. Sera mejor no atormentarla con eso.
- No no. Quiero saber que paso.
Lionel le lanzo una mirada de derrota a Dilan. Dilan no la correspondió ya que me observaba con unos ojos curiosos.
- Estabas en el terreno del al frente. Donde se encuentran los caballos. Y te llamo la atención uno blanco. Quisiste montarlo y te ayude... .- Dilan abrió los ojos como plato. - Digo... te montaste sola. Y... Dilan llego... e intento ayudarte... a bajar... y te golpeaste. Lionel se había puesto nervioso en su ultima frase, sudaba como nunca e incluso tartamudeaba en algunas palabras. Y cuando dijo que el me "había ayudado", el rostro se le deformo. Parecía que había dicho algo que no debería. Mire preocupada a Dilan.
- Un momento. ¿Estabas con ella? - La voz de Dilan demostraba un serio enojo. Sus ojos mostraban lo furioso que estaba. Yo no entendía nada. Alze mi brazo para acariciar el hombro de Dilan, que estaba sentado a los pies de mi cama. Note que estaba rígido como una piedra y se levanto muy rápidamente. Contrajo los puños y volvió a gritar - ¡Contesta Lionel!.
Lionel estaba perplejo, y no paraba de sudar. Pude darme cuenta que mentir no era su fuerte. Pero me preguntaba ¿Porque lo hacía?. ¿Acaso creía que le echaría la culpa por estar ahí conmigo?. Mil dudas me llenaron la cabeza. Otra cosa que me llamaba la atención era que... Si Dilan podía "oír mentes", sabría lo que piensa Lionel ¿No?. Dilan me lanzo una mirada fugaz. Me sentí aturdida y baje la vista.
- Oh vamos Dilan, me confundí nada más. Si hubiera estado con ella no hubiera permitido que hiciera tal cosa. Además no la abría dejado sola. -la expresión de Lionel volvió a tensarse.
La mirada de Dilan daba miedo, junto con su rígida postura. Disidí parar todo esto.

- Dejalo ya Dilan. - Me levante de la cama para tocarlo.
- Acuestate Cathlen, - Su voz seguía dos tonos más fuertes de lo normal, podía notar su furia. Baje mi cabeza apenada de no poder hacer nada. - Lo siento. Solo quiero que descanses. - Acaricio mi mejilla y me llevó de nuevo a la cama.
- Duerme, es tarde. Lionel vamos, necesita descansar - Caminaron hacía la puerta y salieron sin provocar ningún ruido, solo pude oír el crujido de la vieja puerta.

Intente dormirme pero me era imposible, solo sentía el fuerte dolor en la cabeza. Me levante para buscar alguna medicina para disminuir el dolor y así poder dormir. Abrí mi pequeño botiquín de auxilios. Mi madre siempre preparada para estos casos, me obligo a traerlo. No le discutí, pues sabía que podría utilizarlo. Pero resultaba vergonsozo. Salí de la habitación con rumbo al baño para poder pasar la pastilla por mi garganta con un poco de agua. Cuando iba por el pasillo oí unos fuertes gritos, en el primer piso. Era una discusión entre Lionel y Dilan.

- Algo me ocultas Lionel. Vamos di la verdad. - La voz de Dilan sonaba impaciente y aun más furiosa que cuando estaba en mi cuarto.
- Ya te dije. Solo me confundí.
- Oh vamos Lionel. Te conozco desde años. Y mira que a ti no te va nada bien el mentir. - Sabes que no puedo leerte la mente. ¡Pero no por eso me puedes tomar por un estúpido!
- Dilan, eres mi amigo. Yo jamás haría algo en tu contra y menos a Cathlen, que se que es importante para ti.- Mi corazón latía a mil por horas. Que feliz me sentía al escuchar esas palabras. Va, pero ese no era el momento oportuno para mi felicidad. Necesitaba saber que era lo que sucedía.
- Oh, no intentes convencerme con tu cariño Lionel. Cathlen no recuerda nada de lo que ocurrió luego de que salió del salón. Y valla resulta que tu disfrutas de la facultad de poder borrar la memoria de la gente a tu antojo. ¿Que coincidencia no?. - ¿Que?, resulta que ahora Lionel también tiene algún tipo de poder ¿sobre-natural?. ¿Acaso su novia Kendra también disfrutaba de alguno?. Empecé a marearme de tanta confusión. Me aferre a la manilla de la puerta del baño. En ese momento Amber sale de una habitación al frente mío. Nos miramos las dos con los ojos abiertos de par en par. Y pudo percatarse de la discusión que se cocinaba en el primer piso. Y también de que yo espiaba aquella conversación.