sábado, 4 de abril de 2009

Capítulo Nº Veintitrés.

Nuestro Atisbo.

La rivalidad que se había formado entre Jeremy y Dilan era notable, lo peor era que se había formado a mi costa. Por lo menos ya me había desasido de Jeremy, aunque no del todo. Dudaba mucho que se quedara con los brazos cruzados. Pero ahora tenía una ventaja. Tenía mi poder de controlar a la gente, y quizás a los objetos, la verdad era que eso aun no lo intentaba. Ya no necesitaba de la ayuda de nadie para defenderme y menos poner en riesgo a Dilan o a Jeremy.

- ¿Estas bien Cathlen? ¿Te ves un poco tensa?

- Estoy bien -, mentí.

Tomo mi mano.

- Yo estoy aquí.

Lo mire mientras ponía los ojos en blanco.

- Puedo cuidarme sola,- dije algo enfadada por todo el asunto de su protección.

El asintió divertido.

- ¿De verdad piensas que puedes sola?¨

- Dilan, no pondré en peligro tu vida… No se que haría si algo te llegara a pasar por mi causa.

- Cathlen…tú eres lo más importante que tengo. No te dejare sola aunque me lo pidas. Si caes tú caigo yo.

Una lágrima corrió por mi mejilla.

- Te amo.- Saco la lágrima que me caiga y mientras me acariciaba la mejilla.

No ponía en duda el cariño que Dilan me tenía. El era todo para mi, el oxigeno para vivir. Mi cable a tierra, aunque en forma literal. Y no iba a permitir perderlo… No permitiría que se me fuera de las manos como se me fue Jeremy, aunque las circunstancia eran diferentes. Pero si perdía a Dilan no me lo perdonaría. Tenía que hacer algo para que Dilan no estuviera conmigo en el momento en el que enfrente a Amber. La verdad era que no sabía que podía hacer para detenerla.

- Dilan…- dude en preguntar-, ¿Cómo crees que pueda detener a Amber?

Frunció el seño.

- Mmm… eh estado pensado en eso hace mucho. Y eh llegado a una sola posibilidad.

- ¿Cuál?,- dije escuchándolo atentamente.

- Con ayuda de Lionel.

- ¿Lionel?-. Pero en que podía ayudarme Lionel.

Dilan se giro para echarme una mirada de astucia. Dándome la pista de que eso yo ya lo sabía. Luego de un momento lo capte. Claro. Lionel podría borrar la memoria. Le sonreí a Dilan por su inteligencia. Este soltó una carcajada por el tiempo en que me demore a captar su idea. Pero luego recordé algo crucial

- ¡Pero Dilan!, ¿Cómo haremos que Lionel haga eso? Si esta de parte de Amber.

Dilan antes de que terminara de hablar sacudió la cabeza varias veces.

- Hay entras tu Cathlen y tu poder claro.

Ah, ahora captaba todo. Yo tendría que manipular a Lionel para que utilizara su poder en contra de Amber.

- Dilan… No puedo mantener a Lionel toda una vida manipulado. Luego hará que Amber recuerde.

El asintió.

- Eso aun no lo pienso. Tendremos que…- Abrí los ojos de par en par. Dilan dejo la frase inconclusa al percatarse de que había entendido.

- ¡No! No podemos hacerlo.

- No hallo otra solución.

- Dilan no soy una asesina.

- No lo serás, no dejare que eso ocurra.

Lo mire molesta, el no podía convertirse en uno por mi.

- Tranquila Cathlen, pensaremos en algo.

Luego de unas horas de continuar la carretera vacía Dilan tomo un camino de tierra por entre un bosque. Iba media grogui, estaba recién despertando, así que no le pregunte a donde nos dirigíamos. El sol mostraba unos débiles rayitos por entre las copas de los árboles. Detuvo el carro y descendió de el. Me abrió la puerta y me tomo por la cintura. Me sonroje al verme en sus brazos como una niña. Esbozo una sonrisa y me dejo en el suelo de inmediato. Camino hacia unas rocas y yo torpemente le seguí el paso. El lugar era fresco. Era una brisa marina, a medida que caminaba tras Dilan pude ver un precipicio que desbocaba hacia el océano. Dilan tomo asiento en unas de las rocas cerca del precipicio e hizo un gesto con la mano para que me sentara a su lado. Coloco su chaqueta en la roca llena húmeda y llena de musgo para no mojarme los jeans. Camine hacia el y sin pensarlo me lancé sobre sus piernas. Apoye mi cabeza en su pecho y le abrasé con fuerza.

- Eres demasiado terca. Siempre haces todo lo contrario de lo que debes hacer.- Dilan sonrió mientras quitaba la chaqueta de la roca y me cubría las espaldas, me abrazo aferrándome a el con más fuerza. El viaje había sido largo, aunque no tenía ni la remota idea de donde nos encontrábamos. Gracias a que habíamos dormido en el día en la casa de Dilan pudimos pasar la noche despiertos en el carro. Bueno por lo menos Dilan claro

- ¿Acaso estar aquí es algo prohibido?

Soltó una carcajada, había dado en el clavo.

- No para ti.- Dilan tomo mi rostro con sus dos manos delicadamente y se acerco. Hundió sus cálidos labios sobre los míos que estaban fríos como el hielo. Su aliento hizo que pegara un suspiro. Estaba entregada en el éxtasis de su aliento. Era alocado, como la suave brisa marina que rosa tu piel fría. Haciendo que esta se congele aun más produciendo un efecto doble de frío y calor.

Cuando besaba a Dilan era como transportarme de la Tierra a el universo volando. Mi cuerpo se apegaba a el de forma instintiva como si perteneciera ahí desde siempre. Nos separamos unos centímetros. El me dedico una mirada dulce mientras acariciaba mi pelo que estaba desordenado por el viento. Baje la mirada y pose mi cabeza en su regazo. Estuvimos ase mucho tiempo. La verdad es que estaba tan cómoda que cerré los ojos y creo haber dormido unos momentos. Desperté en el descapotable con el asiento inclinado horizontalmente. Me levante de un salto para buscar a Dilan, la ultima vez que había despertado así fue cuando Dilan me dejo en la cueva sola. Mire hacia todos lados sin encontrarlo. Me desespera. ¿Acaso me había dejado sola nuevamente? Me concentre para pensar en que hacer. Tenía el carro. De pronto oí un susurro en mi cabeza. Cathlen, no te asustes. Ando cerca. Fui a buscar a Lionel para echar un vistazo en que andan con Amber. Intenta ponerte en práctica con tu poder. Te adoro. Era Dilan utilizando su telepatía. Que al parecer aun surcaba efecto en mi, no como su habilidad de leerme el pensamiento. Me concentre en su propuesta. Intentar poner en práctica mi habilidad. Esta era un gran momento y un buen lugar. Tranquilidad total. Sabía que Dilan estaría bien. No se acercaría mucho, solo leería la mente de Lionel de lo lejos. Vale vale. Deja de pensar en Dilan, me dije para mi misma, concéntrate. Tome una pequeña roca y la puse en la palma de mi mano en frente de mis ojos. Tenía la idea de moverla. La mire unos cuantos segundo y pensé en que se moviera. Pero nada sucedía, me tambalee al ver la piedra tan cerca. Me enderecé y volví a concentrarme, ahora la piedra salí volando hacia el precipicio cayendo al mar. No pode oír cuando este callo, por la oleada, pero había desaparecido. Salta de felicidad mientras agitaba los brazos. ¡Excelente! Podía mover los objetos. Ahora todo era más fácil. Comencé a manipular todos los objetos que se interponían en mi camino. El bosque se agitaba, pero ya no por el viento, si no por mi continua actividad. Podía hasta quitar un árbol de raíz y tirarlo a más de diez metros. Mire el resuliente descapotable. Alce una ceja. Sacudí la cabeza intentando borrar la idea de tomarlo y lanzarlo lejos. Mientras soltaba una risotada. Me imaginaba la cara de Dilan al ver su descapotable volando por los aires.

Me adentre al bosque en busca de algo más para manipular, parecía una niña con juguete nuevo. Me senté en un tronco lleno de musgo color verde. Me crucé de brazos, ya me estaba aburriendo el asunto. Y Dilan no aparecía por ningún lado. Sentí un ruido débil, parecía que alguien andaba rompiendo ramas en el suelo. Me levante y me escondí detrás de un árbol de tronco grueso. Tras unos grandes arbustos apareció un animal muy parecido a un elefante para más pequeño. Va no sabía lo que era. Solo tenía un cuerno como nariz. No me familiarizaba mucho con animales, por lo que no tenía ni idea de lo que era. Solo se veía aterrador. Me volví pensando en que hacer. Si salía corriendo el animal me seguiría, y hasta podría tropezar como siempre. A lo mejor podrí detenerlo con mi poder. Pero sería difícil concentrarme corriendo. Intente congelarlo ahí, mientras que el animal caminaba sobre el pasto olfateando de un lado a otro. Pero seguía en movimiento. No era capaz de detenerlo, Unas gotas de sudor comenzaron a caer en mi nuca. Di unos pasos pero en el intento tropecé con una rama. El animal levanto la mirada hacia donde estaba y corrió hacia a mi, me levante del suelo y me eche a correr a toda velocidad, no veía ni por donde iba, solo intentaba esquivar los árboles y raíces del suelo para no volver a tropezar. Si lo hacia el animal era capaz de pisarme y luego descuartizarme. Pude visualizar el descapotable al final del bosque. Pero no me daría tiempo de subirme y encenderlo. Corrí sin pensar en algún plan de safarme del voluptuoso animal. Quede mirando al frente el océano en aquel precipicio. Maldición me había acorralado. No tenía por donde huir, al menos que decidiera saltar del precipicio y lanzarme al mar. No. El agua estaba muy fría y corría el peligro de chocar contra las rocas que se encontraban en la orilla, donde rompían las olas. El animal se detuvo sin soltar la mirada de mi. Continúo olfateando y acercándose lentamente. ¡Fuera! Le grite. Ahora estaba como Dilan hablándole a un animal, claro que el le hablaba a Jeremy. Y yo solo a un ¡animal mutante de quizás que especie! ¡Cathlen ya voy! Era la dulce voz de Dilan en mi cabeza, estaba cerca y venia a mi ayuda. Me mantuve ahí inmóvil mientras que el animal seguía olfateándome a unos pocos centímetros. ¡Cathlen!, inmoviliza al animal. No alcanzare a llegar,¡ esta a punto de atacarte! Sentí como el cuerpo se me agarroto. Dilan estaba demasiado lejos y el animal estaba tomando la postura de asecho. Lo que Dilan no sabía era que yo no podía controlarlo con mi poder. Me gire hacia el precipicio abrí los brazos y me lance sin pensarlo.