viernes, 22 de mayo de 2009

Capítulo 45 Final.

Puente Rominish.

Iba a toda velocidad sola en aquel Jeep que pertenecía a Dilan. El amor de mi existencia. Mi amor eterno. Pero debía rescatar a mi mejor amigo, era mi deber. Aquella persona me había mantenido en pie en los momentos más difíciles, aunque en vano lo había hecho, pues yo no mejoraba, solo estaba ahí. Un cuerpo sin vida. Me aferre al manubrio apretando los dientes al punto en que el dolor era insoportable. Había oído a Lionel decir en donde se encontraba Amber, y de seguro que tenía consigo a Jeremy. Era un puente, el puente de Rominish. Aquel lugar lleno de turistas eufóricos por la belleza del puente, adornado por luciérnagas por las noches, con un atardecer fenomenal por el río que desemboca hacia el océano. Aquel lugar era ideal para los enamorados. Al llegar al puente Rominish pude ver entre la gente a Jeremy, quien con cara de preocupación me hizo gestos para que me alejara. Hice lo contrario y cuidadosamente camine hacia el casi corriendo. Le di un apretón y le bese la mejilla. Estaba bien y con vida. Solo me faltaba sacarlo de ahí y llevarlo a un lugar donde estuviera a salvo, ya me vería con Amber.

- No Cathlen, no puedo irme.- dijo mi amigo haciéndome a un lado.

- ¿Por qué no Jere? Debemos salir de aquí.

Jeremy continúo apartándome de su lado y negaba con la cabeza.

- Catt,- mi vida ahora esta aquí. Con Amber.

¡No podía creer lo que escuchaba! ¡Como podía creer semejante barbaridad! ¡Su vida no podía permanecer junto a esa bruja! No.

- ¡De que hablas Jeremy! ¡Como dices eso!

- Cálmate, todo esta bien.

- ¡No! ¡No está bien!

- Ella intento matarme ¿lo recuerdas?

- Si lo recuerdo,- respondió amargamente, como si fuera algo que quisiera olvidar.

- No te dejare con ella. ¡Olvídalo!

- ¿Y que harás ah?,- me desafió.

Me quede en silencio. La actitud de Jeremy me dejaba desconcertada. Porque de pronto había cambiado la idea sobre Amber, por que quería permanecer a su lado.

- Bueno yo… yo,- no sabía que decirle. Tenía claro lo que haría si Jeremy no cooperaba, pero eso solo haría que me odiara. Matar a Amber estaba dentro de mis planes desde ase mucho. Y aunque no era una idea en la que me gustará. Sabía que así debía ser. Una de las dos debía morir.

- Dime que harás Cathlen,- exigió Jeremy en forma repulsiva.- tu solución es solo matarla. Pero sabes que no lo lograras. Esto solo acabara con tu vida Cathlen, entiéndelo.

- Eso no me importa… Solo quiero que tú estés bien.

- ¡Bueno estoy bien!

- ¡No! No lo estas y ¡nunca lo estarás si estas al lado de ella!

- ¿Y que prefieres?- no entendía a que punto quería llegar con todo esto.- ¿Qué este a tu lado cuando me necesites? ¿Cuándo le suceda algo a tu novio y tenga que yo consolarte? Lo siento Cathlen pero no soy un pañuelo al que puedes usar cuantas veces se te antoje. Me canse de ello.

- Como… como puedes decir eso Jeremy…- mi voz se quebró, aquello me había herido como un puñal en el pecho,- yo no quería que sucediera así…

- ¡Pero así lo fue Cathlen! Yo también tengo una vida, necesito una. Y tú no puedes dármela y lo entiendo.

- ¿Y que quieres que haga?,- dije entre sollozos

- Nada, que me dejes seguir. Estaré bien junto a Amber, ella me hará feliz, lo se.

- ¡Como puedes decir eso! ¡Ella solo tiene odio para entregar!

- ¡No la conoces Cathlen! Tu le robaste su vida… le robaste al hombre que amaba. Pero no te preocupes ella ya ah olvidado eso.

- ¡¿Qué?! Yo no le he robado nada a nadie Jere.

- Oh si lo has hecho. Ella solo intento defender lo que era suyo.

- ¡Dilan no era suyo! ¡No digas estupideces!

- Hay muchas cosas de las que tú no sabes Cathlen, muchas de las cuales será mejor que no te enteres. Ahora da media vuelta y vete por donde viniste.

En aquel instante rompí a llorar, no podía creer lo sucedió. Mi mejor amigo me rechazaba. Y me enviaba lejos de su lado de una forma fría. Caí al suelo con el rostro empapado de lágrimas mientras me cubría con las manos. Jeremy continúo en pie a mi lado sin mirarme. Sin ni siquiera lanzarme una mirada. ¿Qué había cometido mal? ¿Tanto daño había provocado en el para que me tratara de esa forma?

El puente de pronto quedo vació, y el sol comenzó a descender. Oí unos pasos de tacones a lo lejos, luego se hicieron más ruidosos. Estaban cerca, a mis espaldas. Me voltee aun llorando para mirarla. Sabía que era ella. Sabía que vendría a restregarme lo infeliz que era en esos momentos.

Amber soltó una risa y coloco sus manos en sus caderas.

- Lo querías todo ¿verdad? Pues debo decirte que así es la vida. Nunca podrás tenerlo todo. Quisiste quedarte con Dilan y lo lograste, pero no podrás tener a Jeremy. Ahora me quitaste a mí aliado Lionel, pero no por mucho tiempo.

Intente levantarme del suelo, pero me fue imposible, parecía que estuviera pegada contra el piso mire hacia el rostro brillante de Amber.

- Deja de dañar Amber, por mucho tiempo dañaste a las personas que estaba contigo. A las personas que supuestamente querías.

- No me vengas a dar órdenes niñita de mala muerte. Si no fuera por Jeremy te mataría en este mismo instante. Pero no lo haré. Por respeto a el. Porque se que siente lastima por ti.

- Jeremy…- comencé a decir, me sentía débil. Utilizar mi poder contra Dilan me había dejado sin fuerzas.- recapacita por dios…

- Lo siento Catt. Pero ya todo termino. Te llevare a casa si lo deseas.

Se acerco a mí para levantarme del suelo. Era lo que menos deseaba. No quería que me tocara, se había envenenado por la propia Amber. Me sentia humillada y herida por dentro.

- ¡No la toques!,- hablo una voz al otro lado del puente. Era Dilan. Corrió hacia mí y lanzo a un lado a Jeremy, este sin hacer ruido ni alegar contra ello se movió hacia un lado. Dilan me tomo por el brazo y me cargo.

- Que conmovedor,- soltó Amber cruzándose de brazos. Volví a soltar algunas lágrimas. Era imposible todo lo que estaba ocurriendo. Luego de limpiarme los ojos y sacar las lágrimas de mis mejillas me percate de que Lionel también se encontraba en el puente. Solo que detrás de nosotros.

- Basta Amber, se acabo todo.- oí decir a Dilan de forma tranquila. Aquella actitud me lleno de tranquilidad, aunque aun no encuentro el motivo del porque.- Tu odio acabo contigo misma.

No entendía nada, y Amber estaba rígida en su lugar aun cruzada de brazos. Jeremy llevó su peso del cuerpo hacia su pie izquierdo y me lanzo una mirada confusa. Luego agacho la cabeza. ¿Estaba arrepentido? Me pregunte. Algo imposible. Lionel nos adelanto e hizo un movimiento con la cabeza. El viento soplo de forma violenta desarreglándome el pelo, cerré los ojos compulsivamente pues las hojas de los árboles se agitaban estrepitosamente y el polvo se levantaba de forma brusca. Cuando los abrí sentí que algo había cambiado. Ahora nada sería igual. Frenética como siempre hice que Dilan me posara en el suelo y di unos pasos hacia Jeremy que se encontraba con la mirada fija a mi rostro.

- ¿Dónde estoy?,- dijo algo confuso,- ¿Quién eres tu?... ¿Quiénes son ustedes?

Miro hacia todos lados perdido, estirando sus brazos en el aire como si fuera un ciego caminando por las calles sin su bastón. Mire de soslayo a Amber que se encontraba a su lado con la misma mirada perdida.

- ¿Qué? ¿Qué sucede? ¿Qué pasa? ¿Porque no recuerdo quien soy? ¡No recuerdo nada!

Mi ojos se abrieron de par en par al percatarse de lo que había hecho Lionel, me gire para mirar a Dilan. Que se encontraba aun en su puesto. Luego mire a Lionel y me correspondió la mirada con algún tipo de pésame.

- Es definitiva Cathlen, ya no hay nada que hacer.

Lágrimas volvieron a recorrer por mi rostro. Aquello había sido devastador. Jeremy observaba cada uno de los rostros en el puente, perdido. Era hora de salir de su vida, para siempre. Era hora de que el readhiera lo que no pudo obtener. En cambio Amber podría perderse en el más oscuro de los olvidos.

Volví a mirar a aquellos rostros perdidos. Lionel había borrado de su memoria todo. Amber ya no poseía aquel odio que la consumía y Jeremy ya no me recordaba en lo más mínimo. Por una parte me sentía realizada. Jeremy ya no recordaría aquel sufrimiento desconocido que yo le provocaba. Ahora podía ser feliz y rehacer su vida. Por que sabía que no estaría en peligro. Me acerque a Dilan y nos abrazamos con fervor. Tomo mi rostro con las palmas de su mano y me beso.

- Nuestro amor inmortal.- dijo entre besos.- Aquella pasión frenética que sentimos por alguien. Entre nosotros jamás pasara.

Caminamos por aquel puente en pleno atardecer, con aquel crepúsculo asomándose entre el gran río… El era todo lo que quería, y tenía. Ahora seriamos felices… por siempre.

jueves, 21 de mayo de 2009

Capítulo Nº Cuarenta y Cuatro.

Histeria.

Caí desmayada en los brazos de Dilan, quien me sostenía firmemente cuando desperté. Estaba sobre el Jeep encima de sus piernas. Sentía mi cuerpo rígido y frío. La cabeza me daba vueltas y no podía captar nada coherente, solo veía el rostro de Dilan y lo demás era borroso. Hasta que a través de la ventana, en las afuera del vehiculo, vi el motivo por el cual de mi fallecimiento. Lionel se encontraba de pie, junto a su camioneta, estaba observándome con rostro pálido y expectante. Como si estuviera preocupado. Soltó una risita por lo bajo. Y Dilan comenzó a acariciarme el cabello y sonrió.

- ¿Te encuentras mejor?,- llamo mi atención. Pues mi vista estaba a través del grueso vidrio de la ventana.

- Oh, si,- dije algo aturdida, la voz no me había salido como esperaba.- Pero… Lionel… Dilan.- fue todo lo que solté, el momento de histeria había pasado. Si Lionel tramaba algo en contra de mi cordura y los recuerdos de los dos, sería capas de utilizar el poder que hace ya un año y medio mantenía escondido. Acabaría con cada uno de sus huesos haciéndolos polvo.

- Tranquila Cathlen,- me hablo Dilan colocando sus manos alrededor de mi cara.- Por favor confía en mi. Estaremos bien.

Lo mire perpleja. ¿Cómo podía fiarse tanto de ese tipo?

- Oh, pero…

- Shh,- silencio mi novio,- por favor.

- Claro.

Me di por vencida al ver el rostro suplicante de Dilan. Pego un suspiro y relajo sus rígidos hombros.

- Temo que te desmayes otra vez.- Admitió algo avergonzado.

- No, no lo haré. Lo prometo,- luego de decir aquello me arrepentí. ¿Es que acaso puedo yo prohibirme caer desmayada por alguna promesa? Yo no quise desmayarme por mi propia voluntad. Que torpe era. Aun así Dilan me creyó. Aunque lo dude por unos momentos.

- Créeme, es terrible cada segundo que estas con los ojos cerrados. Me siento perdido. Pudo leerte la mente si los cierras, pero si caes inconsciente solo escucho silencio.

Mire a Dilan con ternura. Lo amaba más que a nadie.

Nos encontrábamos mirándonos de frente pero mi mirada se desvió en cuanto vi acercarse Lionel. Me levante de donde estaba y descendí del Jeep. Había que acabar con todo este augurio pronto.

- Cathlen,- escuche decir a mis espaldas. Ignore a Dilan y continué mi rumbo, camino para intersectar a el traidor de mi novio.

Lionel apretó los puños y vi como su garganta se agitaba tras tragar algo de saliva. Sentía miedo… pero me preguntaba ¿De que podría tener miedo un aliado de la diabla satanasa de Amber? Del ángel susurro la dulce voz de Dilan en mi cabeza. Me voltee para comprender por que aquello había llegado a mí. Me percate de mi arraigo, había cerrado los ojos. Por lo cual Dilan podía utilizar su poder de leer mentes conmigo. Los abrí rápidamente para que no continuara con su curiosidad y no aumentara mi vergüenza. Había faltado a nuestra promesa, aunque el también lo había hecho. Me guiño un ojo y sonrió, sus blancos dientes translucieron con la luz del sol y sus ojos de color verde brillaban irradiando ternura. Se acerco a mí y tomados de la mano caminamos hacia donde se encontraba Lionel.

- Lamento causar tantos estragos,- comenzó ah hablar a medida que nos acercábamos,- Nunca creí que mi presencia sería tan perturbadora para ti Cathlen. Lo hubiera sabido créeme que no habría quedado para verlos hoy con Dilan.

Mire con la expresión perdida ante las palabras de Lionel. Comprendí que aquella llamada telefónica que recibió Dilan en mi casa fue la de Lionel.

- ¿Qué deseas?,- solté de una vez en forma frívola. Dilan que me tenía sujeta la mano hizo un poco de presión. Sabía que me estaba comportando algo grosera. Pero… no podía de otra forma. No con una persona como el.

- Se que no me merezco una bienvenida y menos de tu parte Cathlen, pues eres a quien más e perjudicado con mi estúpido poder.

Lionel dio unos pasos hacia nosotros que estábamos perplejos en el lugar y atentos a cada movimiento.

- Por eso he venido a disculparme y ofrecer mis servicios.

Detecte como mi boca se inclinaba hacia abajo sin mi autorización. Mi rostro de pasar por el de Lionel se clavó en el de Dilan, quien al igual que yo mantenía su boca inclinada hacia un lado y ligeramente abierta. Aquello nos había dejado boquiabiertos. Al notar de que la mirada de Dilan no se despegaría de la mía intente pensar en las palabras de Lionel y de forma lenta comencé a observarlo. Todo era tan irreal. ¿Nos estaba ofreciendo ayuda?, ¿Ayuda para que? O para quienes. No entendía. Nada me calzaba y nada era de mi agrado para poder querer entenderlo. Mi aclare la garganta y solté la mano de Dilan cuidadosamente para que no se sintiera mal. Su mirada seguía perdida en mi rostro.

- No necesitamos tu ayuda,- intente decir en forma fría, pero las palabras salieron desconcertantes que ni yo misma me lo creí.

Lionel noto mi vacilación y enseguida agrego.

- No sabes a lo que te enfrentas Cathlen. Tú y Dilan no son los únicos involucrado en todo esto. Y Amber no descansara hasta cumplir con sus cometidos.

Dilan pego un suspiro y supe de inmediato que estaba leyéndole la mente a Lionel, le lancé una mala cara por hacerlo. Pero en el fondo sabía que era necesario. El estaba tan ansioso y perturbado que yo.

- Pero…- balbució mi novio a mi lado.- ¡Con un demonios!

Se acerco a mí y me tomo por los hombros, abrazándome y cubriéndome todo el cuerpo con el suyo.

- Que... ¡que sucede!,- gemí algo mareada, ya no podía ver a Lionel, solo observaba la fina camiseta de Dilan. Levante la mirada hacia el pero solo pude captar la zona de su mandíbula. Una gota callo a mi rostro, y por un momento llegué a pensar que comenzaba a llover, pero al sentir solo una desistí a la idea. Y el cielo luego de pasar por las horrendas nubes ya se había aclarado hasta obtener el sol en punta. ¿Acaso Dilan estaba llorando? No… me dije para mí. No puede ser. Y si así lo fuera… ¿Por qué?

Intente safarme de sus brazos pero me fue imposible, implemento más fuerza apretándome al punto de que ya no podía sentir el aire. Comencé a desesperarme. No podía escuchar nada, nadie hablaba. Perdí la razón y cerré los ojos para tener alguna noción de lo sucedido. Escuche los tristes latidos de Dilan y los acelerados de Lionel. Este murmuraba cosas para si, cosas para Dilan. Me concentre en ello y pude percatarme de alguna parte de la conversación.

- Amber esta camino hacia allá. Estoy seguro. Y no descansara hasta verla, para luego matarla Dilan. No puedes dejar que la vea.

- Lo se, ¡lo se!,- retumbaba la voz de Dilan en la mente de Lionel. Palabras que decía solo en su cabeza.

- Entonces ¿Qué haremos?

Pregunta Lionel algo enfadado.

- Estoy pensado.

Luego Lionel suspira pesadamente. Mientras yo intento nuevamente safarme de los brazos de mi opresor. Recordé que con los ojos cerrados Dilan podía percatarse de mis pensamientos y callar. Pero luego tome la idea de que no estaba atento a ello y me tranquilice.

Ahora, sabía que Amber tenía que ver, y sabía que Lionel le advertía que no tenía que verme. Era obvio Amber quería matarme, ese era su cometido. Pero… ¿Cuál era los otros objetivos de ella? Algo estaba ocultando. Por que el de evitar que yo oyese tal conversación, si era algo de lo que yo estaba al tanto. A lo mejor Dilan quería evitar otro de mis ataques de histeria, supuse.

- ¡Dilan!,- apuro Lionel,- ¡El tiempo se acaba! Si no nos apuramos Amber podría matar a Jeremy.

Me hele… Estaba segura de haber oído el nombre de mi amigo… Pero aun así mi mente me traicionaba diciéndome que no era así, que había confundido las cosas. No, me repetía una y otra vez ¡No! Sin pensar obligue a Dilan a soltarme empujando con mi mente su cuerpo lejos de mí. Acto que luego me arrepentí por completo. Dilan noto la fuerza de mi ira, pero no ira hacia el, sino ira hacia Amber. Antes de salir corriendo hacia su Jeep y montarme en el, Dilan me observaba con tristeza en los ojos. Algo que me rompió el corazón en mil pedazos. Esto no era una elección y el lo sabía. Pero la vida de Jeremy estaba en juego.

domingo, 17 de mayo de 2009

Capítulo Nº Cuarenta y tres.

La sorpresa.

Observe como Dilan se subía a su nuevo coche y se perdió en la bajada del cerro, en donde vivía con mis padres. Pegue un largo suspiro y di media vuelta para meterme a la casa. Ahí me esperaba ansiosa mi madre, le sonreí y ella pego unos saltos como niña. Nos dimos un fuerte abrazo y entramos a la casa.

- Todo salio bien hija... ¿Ves?- asentí confusa, ¿Que podría salir mal? Me pregunte sin respuestas aun. Para mí ya no había problemas que no pudiera enfrentar si Dilan permanecía a mi lado, todo era color de rosa.

Me dispuse a subir las escaleras a mi cuarto, tome vuelo y me agarre fuerte de la baranda, pero mi padre me detuvo.

- ¡Cariño!,- En seguida recordé aquella conversación de la que no pude captar. Me gire y baje los tres peldaños que había alcanzado a subir.

- Si papá...- camine hacia el sofá donde se encontraba y me senté a su lado.

- Espero que seas feliz hija, y Dilan se ve un buen muchacho.- me encogí de hombros avergonzada. Esas conversaciones nunca las había tenido con mi padre.

- Lo soy papá. Gracias.

Mi padre asintió con la cabeza y tomo nuevamente su libro. Me levante para completar mi camino hacía mi habitación.

- ¡Ah Hija!, se me olvidaba.- Me gire perturbada...- Puedes ir mañana con tu novio a ese pueblo.

Abrí los ojos de par en par.

- ¿Un pueblo?...- dije algo conmocionada, que quería mostrarme Dilan... en un pueblo.

- Si,- dijo mi padre. Su animo estaba en alto, se sentía contento.- No puedo decirte nada, es una sorpresa.- dijo sonriendo, le agradaba guardar secretos, pero más le fascinaba hacer publico de que los sabia, para luego no decir ni una palabra.

- Bien,- dije resignada, sabía que mi padre no hablaría.

- Vendrá por ti en la tarde.

- Vale,- dije y subí las escaleras echa una bala.

Estaba cansada y necesitaba pensar. A penas me acomode en la cama mis ojos se cerraron y entre en el profundo sueño. Que ni tiempo me dio en pensar.

Desperté a las 11:30 de la mañana, mi despertador no había funcionado. Me levante agitada y corría de un lado hacia otro, buscando mi blusa preferida. Baje las escaleras y encontré a mi madre en la cocina.

- Buenos días Cathlen.

- Buenos días mamá...- tome un baso de leche y pegue unos buenos sorbos rápidos hasta tomármela toda,- eh mamá, ¿no has visto mi blusa café?

- Oh, si cariño. Esta colgada en el patio, ya debe de estar seca.

Me dispuse a salir al patio trasero por el ventanal de vidrio. Me quede helada en el ventanal, un viento otoñero me despeino el cabello llevándolo a mi rostro. Un escalofrío me invadió por todo el cuerpo, aquello me traía recuerdos... muy malos recuerdos. Procure tomar mi blusa que estaba colgada y me entre rápidamente. Subí las escaleras y termine de arreglarme, me pegué una ducha con agua hirviendo que me dejo la piel roja. Ya eran las cinco para las doce y Dilan llegaría en cualquier momento. Me coloque mis chapulinas y baje las escaleras, mientras descendía una bocina sonaba estrepitosamente en la entrada de mi casa. Supuse que era mi novio. Me despedí de mi madre y salí de la casa. Una oleada de aire pasó sobre mi cuerpo y rostro, intente respirar para tranquilizarme, aquello no tiraba buena pinta. Pero me convencí por el hecho de que estaría con Dilan.

Me subí al coche y Dilan me beso tiernamente en los labios.

- Buenos días...- dijo aun con los ojos cerrados.

Yo procure no cerrarlos, me era incomodo escuchar sus latidos del corazón, que latían siempre a mil por horas cuando se acercaba a mi, y me hacia sonrojarme.

- Buenos días,- dije mientras enredaba mis dedos en su melena dorada.

Me coloque el cinturón y descendimos por el cerro.

Cuando habíamos salido de la zona de la cuidad, hice la pregunta que me había carcomido la cabeza desde que había salido de mi casa. ¿A donde vamos?, Dilan me lanzo una mirada y sonrió, luego de eso no dijo nada más. Pegue unos cuantos suspiros, no me agradaban las sorpresas grandes. Luego de media hora Dilan hablo, mi mente estaba en aquel cielo gris cubierto de nueves horrendas, no era un día muy agradable para mí.

- Cathlen,- susurro. Lo escuche, pero me quede pegada mirando aquel cielo.- Cathlen,- volvió a decir para captar mi atención. Estaba tan pegada al cielo que me sentía incapaz de sacar la mirada de el, era como si una parte quisiera girar la cabeza hacia Dilan pero esta se quedara pegada. Me obligue a cerrar los ojos para despegarme de aquellas nubes asechantes. Y escuche el corazón de Dilan y su preocupante rostro. Me voltee rápidamente avergonzada.

- Lo siento...- dije mientras agachaba la cabeza. Dilan la levanto delicadamente colocando su mano en mi barbilla y negó con la cabeza.

- No te preocupes,- susurro con ternura y luego se volvió hacia el otro lado del parabrisas. El Jeep se encontraba detenido en algún lugar del desierto donde estábamos, solo habían árboles por todas partes.- Solo quiero decirte que no te alarmes ¿Si?

- Ah... ¿De que hablas?,- pregunté algo confusa.

- ¿Confías en mi?

Respondí sin ni siquiera plantearme la pregunta.

- Si.

- Bien.- dijo abriendo su puerta y descendiendo del Jeep.

Lo mire mientras daba la vuelta hacia mi lado. Valla, había sido lenta. Dilan se dirigía a abrirme la puerta, intente adelantarme para ahorrarme la vergüenza y me quite el cinturón precipitadamente y abrí la puerta. Pero Dilan ya se encontraba de pie a mi lado con su mano estirada hacia mí. Estire mi mano y me tomo en brazos y me poso en el suelo. Le abrase mientras lo hacia y le sonreí.

Mire hacia alrededor, me preguntaba cual era la sorpresa. A lo lejos pude ver venir un vehiculo a gran velocidad. Se detuvo unos cuantos metros de nosotros. Mire a Dilan extrañada, este me sonrió y asintió con la cabeza. Bien, debía confiar en el, confiaba en el. Pero había algo en mí que decía que huyera, que saliera corriendo llevándome a Dilan conmigo. Mi corazón pálpito con fuerza mientras observaba a un muchacho descender de aquel vehiculo.

- ¡Oh no!,- gemí cuando al fin pude captar al personaje que camina hacia nosotros con un paso despreocupado. Dilan tomo mi mano con fuerza y me profirió una mirada preocupada.- ¡Debemos irnos!,- gritaba yo aterrada,- ¡Debemos salir de aquí!

- No, no Cathlen, todo esta bien,- decía mi novio mientras tomaba mi rostro ido en sus manos,- ¡Tranquila!, todo estará bien.

- ¡No! ¡No!,- gritaba desesperada sin saber que hacer.

El muchacho se acerco más a nosotros y levanto los brazos en son de paz.

- ¡Acabara con nosotros!, ¡Lo hará Dilan!,- en medio de tanto espanto mi cuerpo se debilito y perdí las fuerzas para mantenerme en pie,- ¡Dilan! ¡Dilan!,- gritaba en la oscuridad, mis ojos se habían cerrado y solo oía mi histérica voz.- ¡Te borrara de mí! ¡Lo hará! ¡Por siempre!,- la oscuridad fue total junto con un silencio sepulcral al cual olvide por completo…

domingo, 10 de mayo de 2009

Capítulo Nº Cuarenta y Dos.

Encuentro Fortuito.

Cuando le presente a mi novio a mi madre, esta no se sorprendió al escuchar su nombre y tampoco hizo preguntas al respecto. Cassie al igual que toda mi familia incluyendo a mis amigos y a Jeremy habían olvidado de sus vidas y sacado de su boca la palabra vacaciones pasadas.

Dilan me insistió hasta el cansancio hablar con mis padres de lo nuestro. Aunque estos ya lo sabían todo. Yo continuaba yendo a la escuela, pero en su vehiculo. Solo caminaba una cuadra hasta el paradero del bus donde me esperaba Dilan con su Jeep.

Jeremy no mostraba ningún interés en nuestra relación y se mantenía al margen de todo. Me iba a visitar de vez en cuando y nos veíamos en clases casi todos los días. Había conseguido novia, una muchacha muy linda a mi gusto. Era algo rebelde, pero veía a Jeremy feliz, y eso era lo que me importaba.

Esa noche Dilan me recogió de la escuela y nos dirigimos a almorzar en unos de los restaurantes cerca de su casa. Aquella casa en la cual guardaba todos mis penosos recuerdos del pasado. Pero Dilan la había decorado ahora de una forma más elegante y alegre. No fue algo que yo pidiera. Pero el siempre tomaba medidas para mi bien estar. Y esto fue algo necesario de todas formas.

También pude enterarme al igual que el de todas las incógnitas de nuestros poderes que con el tiempo se fueron desvaneciendo debido a la falta de uso. Dilan intentaba ser una persona normal, y su tiempo lo utilizaba en trabajar y estudiar en la universidad a lo que no recurría a su poder. El mayor tiempo lo pasaba conmigo entonces no podía utilizarlo, puesto que con el tiempo desapareció. En cambio a mi, aun poseo el poder de inmovilizar o mover los objetos y personas. Pero me he capacitado para controlar mis pensamientos. Aquel poder ha permanecido en mí desde lo sucedido en el bosque. Luego de aquello no lo utilicé nunca más. Ahora mi segundo poder… desvaneció en cuanto desapareció el de Dilan. Según mi novio nuestros poderes tenían algún tipo de conexión. En fin, no era algo que me importara realmente. Me sentía a gusto como era, y más si estaba con Dilan a mi lado.

Luego de almorzar en el restaurante, Dilan como de costumbre fue a dejarme a casa. Pero estaba vez entro para conocer a mis padres.

Mi padre que estaba en el sillón leyendo uno de sus libros de informática lo recibió muy cariñosamente, pues el aceptaba mi relación. Mi madre había intervenido en su cambio. Pues encontraba seguro a Dilan, y su forma de tratarme dejándome a casa en coche. A penas Dilan entro en la casa mi padre se levanto y tendió su mano, Dilan la estrecho respetuosamente.

- Que bueno que al fin podamos conocer al novio de nuestra hija,- dijo mi padre aun estrechando la mano de Dilan.

Mi novio asintió con la cabeza.

- Es un gusto para mí.

Mi padre lo invito a tomar asiento en uno de los sofás y mi madre se acerco para proporcionarle una de sus nuevas recetas de galletas.

- Espero te guste,- tendió su mano cariñosamente y le esbozo una amplia sonrisa.

Yo me encarame al lado de Dilan. Me encontraba sonriente, una sonrisa que nunca había tenido. Me sentía completa. Amaba a mi familia y más que nada amaba a Dilan.

- Y dime Dilan, que intensiones tienes... Eh... Con,- mi padre comenzó a sentirse nervioso con la pregunta al igual que yo que de inmediato mi rostro empezó a ponerse colorado. Dilan sin resaltarse tomo una de las galletas de mi madre y respondió antes de que mi padre siguiera complicándose.

- Créame señor que tengo las mejores intenciones. Amo demasiado a su hija, y prometo siempre cuidarla. Conmigo no le hará falta nada.

Sus palabras me dejaron helada. Hablaba como si fuéramos… como si fuéramos a casarnos. Esa idea me llenaba de emociones encontradas. Casarme con Dilan sería lo mejor que podría pasarme… pero sentía que era muy pronto. Lance un mirada fugas a mi padre que estaba helado al igual que yo por las palabras de Dilan, y temí lo peor.

- Bien,- dijo mi padre intentando aclararse la garganta.- eres un buen muchacho Dilan, lo puedo ver.

¿Qué?, ¿eso era todo lo que diría? Uf, un alivio me recorrió todo el cuerpo.

- Gracias señor.- Dilan comenzó a mascar la galleta que poseía en sus manos. Un ruido de celular interrumpió su acto.- Oh, lo siento. Es el mió. Si me disculpan,- y se dispuso a un rincón de la sala para contestar, pero me había llevado consigo. Me tenía tomada de la mano y me encontraba a su lado.

Contesto el teléfono y hablo palabras cortas, sin dar detalle. Fue una conversación que no pude captar.

- ¿Si?...bien… ¿Cuándo?... Ahí estaré…Con ella… De acuerdo… Te entiendo… Lo se… Bien… Tranquilo… Nos vemos… No, no lo haré. Adiós.- y colgó.

Luego de cerrar el teléfono y llevarlo hasta sus bolsillos me lanzo una mirada y me sonrió. Antes de poder preguntar algo de aquella conversación Dilan llevó sus yemas de los dedos a mi rostro, por lo que no me dio tiempo para proporcionar las palabras adecuadas y hablo.

- Te tengo una sorpresa,- dijo susurrándome al oído y volvió hacia donde se encontraba mi padre.- Señor, quisiera pedirle permiso para llevar a Cathlen a un pueblo cercano… mañana por la tarde…- Mi madre pronto apareció de la cocina y me hizo un gesto para que la acompañara de vuelta. Yo vacilé… no me quería perder aquella conversación de Dilan y mi padre. Pero mi novio soltó mi mano sonriéndome y articulando un gesto para que fuera. Una ceja se me inclino hacia un lado. Que injusto pensaba, siempre el salvado por la campana, en cambio a mi… ¡pss! Mi padre captando mi inquietud soltó una de sus risas y se levanto del sofá.

- ¡Vamos Cathlen!, acompaña a tu madre.- Lo mire de soslayo mientras Cassie me guiaba a la cocina tomada de mi brazo. Iba arrastrando los pies. No quería.

- Oh hija, Dilan es un encanto…- comenzó a elogiar mi madre, mientras sacaba del horno otra bandeja de galletas y las echaba a un cesto.

- Si,- respondí secamente, mi mente estaba aun en la sala, e intentaba escuchar algo. Pero solo oía algunos pasos y murmullos, nada en concreto. Solté un suspiro… Deseaba en ese momento cerrar mis ojos y transportarme a la sala, para poder oír hasta el más mínimo sonido, pero eso no era gusto, y era algo que ni yo ni Dilan queríamos. Utilizar nuestros poderes. Así que aguante las ganas e intente poner atención a la actividad que me había puesto a hacer, envolver el canasto en papel de regalo.

- A tu padre le ah caído bien.- volvió a elogiar mi madre. Me encogí de hombros, note que mi madre estaba más contenta que yo con todo esto.

- Eso es algo extraño,- dije aun encogida de hombros.

- ¡Ja!.. Si bueno, pero Dilan es algo especial.

La mire extrañada…

- ¿A que te quieres referir con especial?,- pregunte dejando lo que estaba haciendo.

- Bueno pues… el parece mayor de lo que aparenta. Y por lo que logro percibir esta solo…- llevé todo mi peso a mis brazos que estaba cargados en la orilla de la mesa, y puse más atención de la debida a la conversación con Cassie.- bueno te tiene a ti claro… pero pareciera que eso es todo lo que tiene, a ti. Y por eso es especial, su mundo gira en torno a ti.

Mi madre luego de decir aquello se quedo pensativa unos momentos, note que le había sorprendido aun más lo que había dicho que yo.

En cierta forma lo que decía mi madre era verdad, Dilan se encontraba solo, pero me tenia a mi. El nunca me había hablado de su familia, era algo totalmente desconocido para mí. Salí de la cocina aun pensando en las palabras de mi madre. Dilan estaba sentado al lado de mi padre y en cuanto entre a la sala los dos se pusieron de pie.

- Bueno Cathlen, debo marcharme. Un gusto Señor Smile. Señora.

- Oh para nosotros también,- respondió mi madre dándole un abrazo y besándole en la mejilla,- visítanos cuando puedas, eres bienvenido en esta casa.

- Gracias.

Acompañe hasta la puerta a Dilan sin decir ninguna palabra. Cuando llegamos a la reja del patio Dilan se voltio y tomo mi rostro en sus manos.

- Que descanses mi vida.- olvide respirar y solo asentí con la cabeza, trague un poco de saliva y hable.

- Ok, tu igual.

Me beso en la frente y se marcho.

Capítulo Nº Cuarenta y Uno.

Lo inexplicable.



Me dirigí a la casa de Jeremy caminando lentamente. Su casa no estaba muy lejos de la mía, solo se encontraba al otro lado de un mediano cerro y la calle para llegar allí era directa y vacía. Habíamos acordado estudiar para matemáticas. Pues el no entendía unas cosas, y para mi era más fácil estudiar con algún testigo. Pues si me ponía sola a leer materias luego dejaba todas las hojas húmedas por las lágrimas.



La corta calle me hizo olvidar hacia donde me dirigía y mi mente voló hacia los recuerdos como de costumbre. Ya había pasado casi un año de lo sucedido. Un año de haber contemplado el pálido rostro de Dilan. Mis sentimientos hacia el se habían mezclado. Mi amor por el se había intensificado de varias formas, formando algo así como una bolita llena de sentimientos. Algunos eran sentimientos horrendos, me sentía abandonada por el. Sentía coraje por aquel poder desconocido de Amber, debido a que eso fue más fuerte que el amor que sentíamos el uno por el otro. La razón de que Dilan intentara matarme me preocupaba, pero no por lo que debería preocuparme. En esos momentos pude ver en sus ojos que me reconocía, pude ver ese amor fluido. Pude ver que intentaba con todas sus fuerzas soltarme, pero sus manos no les respondían. Y yo tampoco hice nada para detenerlo, mi mente no respondía debido a su mirada. Por ello no prestaba atención a esos crueles sentimientos de abandono.



Unas gotas de lluvia interrumpieron mis pensamientos. Mire hacia el oscuro cielo cubierto de nubes grises. Suspire varias veces. Como odiaba la lluvia. Continué caminando por la calle vacía. Sentí unos pasos detrás de mí. Pero no le tome importancia y continué con mi rumbo. Al girar hacia la calle de Jeremy una gota de algún árbol callo en mis ojos haciendo que estos se cerraran. E inmediatamente lo percibí. Percibí su olor, percibí su calor y su figura. Vi sus encendidos ojos verdes mirándome fijamente, vi como curvaba los labios transformándolos en sonrisa. Su pelo empapado que goteaba sobre sus hombros. Mi corazón se acelero traspasando la velocidad permitida.


Me voltee de inmediato para encontrarme con aquella visión, para poder observarla por mi misma. Se encontraba a unos tres metros de distancia. Y mi rostro que estaba rígido y serio como siempre lo estaba cuando me encontraba sola, cambio. Y lo note por la postura que poso Dilan. Se encogió de hombros, y sus ojos que antes irradiaban una chispa ahora se encontraban apagados, tristes.



Dio un paso hacia mí vacilando. Recordé el día en el bosque, aquél mismo paso vacilante. Mi cara que ya estaba empapada por la lluvia se mojo con líquido salado proveniente de mis ojos. Me refregué los ojos y los pómulos con mi manga. Esta vez no permitiría que mi vista se nublara. No ahora, que podía contemplar aquel hermoso rostro al cual tanto anhelaba.


Un brillo extraño comenzó a correr por sus mejillas. ¿Acaso eran lágrimas?, no estaba seguro de aquello, pude haberme confundido con algunas gotas de lluvia. Pero creía que Dilan estaba llorando. O por lo menos soltaba algunas lágrimas.



Nos abrazamos bajo la lluvia sin decir ninguna palabra. Los dos suspirábamos pesadamente. Sus firmes brazos que me aferraban la cintura y la cabeza me asfixiaban, pero no me permitiría dejarle ver el malestar. Ese dolor era soportable en comparación al que llevaba desde lo ocurrido. El que llevaba desde mi propia muerte, desde hacia ya un año.


Nos separamos unos centímetros sin soltarnos, el mantenía su firma mano en mi cintura y nos tomamos de la mano.



- …Cuanto lo siento…- repetía Dilan luego de soltarme de la cintura y llevar su mano hacia mi rostro, frotando desde la cumbre de mis pómulos hasta mi mandíbula.


Negué con la cabeza.


- No ahí nada que perdonar Dilan…


Dilan sonrió tristemente. Y volvió a lanzarse a mis brazos.



Estuvimos así bastante tiempo, aunque para mi fueron segundos. Luego nos dirigimos hacia su vehiculo con rumbo a su casa. Su carro ya no era el descapotable BMW M6. Sino que ahora conducía un Jeep Grand Cherokee lo conocía, pues mi padre había querido uno de esos hace unos años. Pero como siempre, luego cambiaba de opinión y elegía otro modelo.


Me subí al lujoso Jeep sin retirar mi mirada de Dilan, mientras me ayudaba. Cerró la puerta y se dirigió hacia el otro lado. Cuando estuvo arriba me contemplo unos momentos y me sonrió.



- Colócate el cinturón,- dijo mientras me acariciaba la mejilla.


Y obedecí algo mareada. La lluvia me volvía algo torpe. Y el frío congelaba mis dedos que se volvían rígidos.


Dilan encendió la calefacción.


- Así que te dirigías a estudiar mates.- Eso ni había sido una pregunta


- ¿Cómo lo sabes?,- pff una más de mi tontas preguntas.


Dilan soltó una corta carcajada.


- Se leer mentes, ¿Recuerdas?


Enarque una ceja, eso no me respondía mucho. Pues la mía no podía leerla, a menos que cerrara los ojos.


- Jeremy esta encaramado en la ventana, preguntándose si detenerte o no.


Mire hacia la casa de Jeremy. Pero no pude captarlo en ninguna de las ventanas.


- El solo quiere mi bienestar,- dije encogiéndome de hombros. Le debía mucho a Jeremy. Y sabía que le molestaba lo que estaba haciendo. Sabía que el se lo tomaba como si lo estuviera cambiando. Aunque no era así.


- Será mejor…- Dilan no me dejo continuar y arranco el auto acelerando lo más que pudo. Pronto perdimos los cerros de mi hogar.



Mi mirada no se despegaba del rostro de Dilan. Sentía que si de pronto dejara de observarlo se esfumaría. Mi rostro que debía de estar algo pálido por la lluvia estaba rígido y mi expresión debía de ser algo confusa para el, pues fruncía el ceño en instantes y luego ladeaba su cabeza hacia la ventana de su puerta.



- Cathlen… yo. Yo estoy muy avergonzado por lo que te hice…- su voz mostraba tristeza, una tristeza interminable. Estaba segura de que nunca podría hacer que olvidara aquello.


- Dilan… lo que sucedió no fue tu culpa… No estés triste por ello.


- Pero… ¿No estas molesta o algo?


Negué sin pensarlo.


- Pude ver en tus ojos…- agache la mirada ruborizándome. Esto era algo que nadie sabía. Algo que solo yo había visto y me había centrado en eso.- pude ver que en verdad me reconocías. Que en verdad seguías amándome…


Dilan me miro con las cejas entrelazadas.


- ¿Acaso llegaste a pensar que había dejado de amarte?


Asentí con el rostro y tire mi mirada hacia el suelo.


Dilan freno el vehiculo y se inclino hacia mi. Subí la mirada hasta calzarla en sus ojos.


- Lo siento,- dije algo cohibida por su mirada y avergonzada por todo aquello. Me sentía extraña. Al fin me sentía yo misma. Durante todo este tiempo sin Dilan había sido y me había comportado como otra persona. Desde aquello ya no me ruborizaba ni corría la vista, nada me avergonzaba y pocas veces me cohibía al hablar.



- Mi vida ha sido el mismo infierno sin ti Cathlen.


Unas lágrimas comenzaron a descender de mis ojos.


- Sabiendo lo que hice, sabiendo que no podría acercarme más a ti…


Abrace fuertemente a Dilan enredando mis manos en su cabello. Dilan me separo unos centímetros y quede cerca de su rostro, pude sentir su aliento sobre mí. Su respiración acompasada.



- Eres mi vida Cathlen, eres mi corazón. Eres el motivo por el cual despierto en las mañanas y por el cual respiro para sobrevivir. Durante este tiempo solo vivía pensando en que te volvería a tener así. Entre mis brazos.



Aquellas palabras… eran las mías. El las había robado de mi mente. Era así exactamente como yo me sentía. Presioné lentamente mis fríos labios contra los suyos. Y así nos quedamos durante un buen rato, besándonos como nunca antes, con pasión y con todo ese amor contenido. Amaba con locura a Dilan, lo amaba cada instante que pasaba con más intensidad.



Capítulo Nº Cuarenta.

Mi otra vida.

Me sentía completamente vacía, no sentía mi cuerpo, no sentía ni el aire pasar por mi garganta ni llegar a los pulmones. Simplemente no respiraba. Mi corazón no latía, nada en mi cuerpo pulsaba. Era solo una tabla rígida posada en quien sabe donde. Todo era silencio. Mi mente vagaba en confusos recuerdos que para mi eran cosas dolorosas y sin importancia. Eran recuerdos de mi pasado con Dilan, cada vez que podía ver claramente su rostro sentía como si me apuñalara en el pecho, así que no me permitía seguir recordándolo. Mi vida se había acabo… mi existencia al fin había llegado a su termino. No podría nunca encontrar la paz ni la calma, eso en mí ya no existía.

- ¡Cathlen, despierta hija!

¿Acaso esa era la voz de mi madre? Creo que comenzaba a delirar.

- ¡Hija hija!

Pero... no podía ser. Su voz era tan real, tan cercana y calida. Extrañaba a mi madre, la extrañaba más que nada.

De pronto comencé a sentir mi cuerpo… y el calor de muchas cosas. ¿Acaso mi poder volvía a surgir? Estaba aterrada, comencé a mover mis dedos y a abrir los ojos de apoco. Una luz cegadora me impidió abrirlos y comencé a parpadear. Mientras entre abría los ojos unas tiernas y delicadas manos me sostenía el brazo y me acariciaba el pelo. Era mi tierna y dulce madre.

- ¡Mamá!,- intente gritar, pero la garganta se me cerro, y salio un vozarrón algo bajo.

- ¡Cathlen!

Abrace a mi madre como nunca. Ahora podría verla, podía sentirla. Comencé a derramar lágrimas por montones. No estaba muerta. Y el dolor que sentía en mi garganta era una prueba de ello. Solté un quejido y mi madre me recostó en la cama, donde había permanecido. Era mi cama, mi habitación. Mi hogar. Estaba de vuelta en casa… ¿Pero que había sucedido? Cassie, mi madre, me había cuidado y proporcionado atención intensiva.

- ¿Qué sucedió?,- pregunte luego de tomar unos antibióticos y tragarme a penas la sopa que me había servido mi hermosa madre.

Cassie me miro con cara de pocos amigos. Al parecer ella sabía menos que yo.

- Hija…- comenzó a acariciarme la cabeza enredando sus tibios dedos en mi pelo.- Jeremy te llevó de urgencias al hospital y de ahí nos llamo. Nos dijo cosas algo confusas, pero creo que fueron los nervios.- esbozo una temblorosa sonrisa.

- ¿Qué…? ¿Qué fue lo que les dijo?,- me preguntaba por que esa sonrisa…

Mi madre continúo sonriendo y acariciándome tiernamente.

- Nos decía algo como… “todo tiene que terminar…” y luego entre jadeos nos pidió que voláramos hacia halla lo más pronto posible.

La mire sin decir ninguna palabra. Seguía sin entender su actitud.

- Lo más extraño fue cuando le preguntamos que te había ocurrido. El nos tranquilizo diciendo que estabas bien y nos contó algo de unos delincuentes que te atacaron.- Mientras mi madre narraba la falsa historia inventada por Jeremy llevé mis manos hacia mi garganta que ardía. Pude escuchar mi corazón que latía al recordar mi atacante…- y luego nos despidió, diciendo que debía resolver algo. Y se marcho.

- ¿A dónde fue?,- pregunte ocultando mi intensa curiosidad.

- No lo se hija, no hemos sabido nada desde entonces.

Mi madre se encogió de hombros avergonzada.

Mi cuerpo que estaba tenso comenzó a relajarse debido a los antibióticos. ¿Qué era lo que había sucedido? ¿Dónde se encontraba Jeremy? Y cual era ese asunto que debía resolver. ¿Acaso ese asusto se trataba con Dilan? Luego comencé por preguntarme sobre Dilan, si estaba bien. Que estaría pensado. ¡Y Amber! ¿Acaso quería seguir con su plan de acabar conmigo? Ya que no lo había conseguido. Aunque parte de su victoria ya estaba hecha. Había conseguido alejarme de Dilan para siempre… lo había… conseguido. Comencé a llorar como una niña y como una loca, mi madre me abrazó preguntándome que era lo que me entristecía, yo solo negaba con la cabeza. Mi madre, luego de haber dejado su camisa toda empapada con mi llanto me obligo a tomar pastillas para dormir, estos hicieron efecto de inmediato en mi…

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6 Meses Después…

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Volví a la escuela con mis amigos… Nadie sacaba a tema mis vacaciones ni menos el motivo del porque mi cambio. Comencé a estudiar cada vez con más intensidad y me inscribí a todo tipo de taller que la escuela ofrecía. Todo para mantener mi mente ocupada. Luego de mi encuentro con mi madre paso unas semanas para que Jeremy apareciera. Llego con la excusa de tener sarampión y se había marchado para no debilitarme más a mí. Bueno eso fue lo que les dijo a mi padre y a mi madre. A mi no pudo engatusarme con la chiva.

- ¿Qué sucedió Jeremy? Quiero que me cuentes todo… por muy doloroso que sea.

Jeremy aferraba los puños cada vez que hacia ese tipo de preguntas. Pero esta vez ya no podía huir más de ellas. Estábamos solos en el salón de clases.

- Volví para que Amber lo soltara…

Mi mano instantáneamente se retorcía en mi pecho. Recordarlo era como intentar sacar el cuchillo ya enterrado en mi pecho. Y Jeremy sabía de mi dolor. El siempre lo sabía todo. Así que no se molestaba en pronunciar su nombre. Ni menos hacer algo que me recordara a el. Algo totalmente imposible para mí.

- Y bueno ella accedió a mi petición a cambio de que le entregara mi poder.- Jeremy hizo una pausa, pero yo no hable.- Se lo entregué.- respondió a una pregunta que no había formulado. Pero que al fin y al cabo deseaba saber. – Y lo dejo libre…

- El… el esta bii…een.- no quería preguntar eso, pero necesitaba saberlo.

Jeremy asintió una sola vez. La verdad era que no me preocupaba demasiado el que Jeremy perdiera su poder. Eso de de experimentos y poderes sobrenaturales hacían recordarme lo que había pasado. Yo por mi parte deje de utilizar mi primer poder, aunque en verdad nunca lo utilice de forma innecesaria. Mi segundo poder era algo inevitable, pues mis ojos debían cerrarse de alguna forma u otra. Pero algo extraño había ocurrido. Ya no podía sentir ni ver nada al cerrarlos. Solo en las noches, cuando dormía, mis sueños eran reales, podía sentir el calor de mi habitación y de todo lo más cercano a mí. Mi mente intentaba recordar ese día en aquel bosque… pero mi poder no llegaba ahí, solo se quedaba en mi hogar.

- Si, esta bien. Solo que no recuerda quien es… perdió su identidad Cathlen. Y es peligroso que se te acerque… podría atacarte nuevamente...

La voz de Jeremy era dura, y mostraba autoridad sobre mí.

- Entiendo.- dije secamente. Nuestras vidas ya no nos pertenecían… Mi mundo ahora era diferente sin el, pero era mejor. Lo correcto.

Jeremy me tomo la mano y luego me abrazo.

- Todo esta bien Cathlen, pronto dejaras de sufrir por tu pasado…

Aquellas palabras me dolían en el alma. No quería olvidar parte de mi pasado, pero era crucial olvidarlo para poder continuar… Encontraba ilógico olvidar para continuar… pues simplemente no quería hacerlo. Solo me encontraba en pie frente a los demás demostrando lo bien que estaba. Lo feliz que me encontraba. Pero apenas me encontraba sola, apenas entraba en algún baño o me dirigía hacia mi casa las lágrimas me devastaban, cada lágrima que caía de mis ojos acortaba mi existencia…