viernes, 10 de abril de 2009

Capítulo Nº Veintiséis.

Incautación Facultativa.


Ya que no pude pronunciar ni una palabra o gemido, me aleje en acto reflejo de Dilan, soltándole la mano muy lentamente, para que no se sintiera mal. Este se voltio con asombro en los ojos. Me dolió verlo así, pero sabia que eso era lo que debía de hacer. No dejaría que le pasara algo por mi causa. Retrocedió un paso y volvió a tomarme la mano, antes de poder decir algo espeto.

- Somos uno, recuerdas.

Jeremy a unos cuantos metros adelante soltó un gruñido. Había olvidado por completo su presencia.

- Vete Jeremy. Este es asunto mío.

- Lo haré,- dijo sin voltearse para darme cara.- Esto me esta dando nauseas.

Lo había dicho irónicamente. Lo mire con mala cara. Aunque este ni me vio, seguía mirando a la rubia que estaba de pie enfrente, sin decir ni mu.

- Estaré cerca.- dijo y se marcho de inmediato, no le seguí con la mirada. Miraba a Amber.

- Valla,- dijo la rubia cruzando los brazos, tenía pegada su mirada en las manos entrelazadas de Dilan y la mía.- No me sorprende.- dijo luego de unos segundos.

El cuerpo de Dilan se tenso a mi lado, su mano ya no estaba calida como siempre. Se mantenía fría a la par de la mía.

Intente respirar para poder hablar.

- Amber... que es lo que quieres...- la voz se me quebró. Y sentí que me iba a desvanecer. Saque fuerzas para seguir de pie. No dejaría que esto me venciera.

- A ti Cathlen, necesito que me acompañes.

Dilan se agazapo cubriéndome con su cuerpo. Amber alzo una ceja y continúo

- No le haré daño...y será por unos días nada más.

- ¡No!,- rugió Dilan tajantemente.

Llevé mis manos sobre sus hombros para hacerlo a un lado.

- Estaré bien.

Amber sonrió.

- ¡NO!,- volvió a gritar Dilan.- Tendrás que matarme antes de llevártela.

El rostro de Amber noto un leve desafió.

- No me tientes,- dijo con su voz pétrea y fría.

Pestañee rápidamente, mientras intentaba safarme de la mano de Dilan.

- Dilan, volveré.

- Cathlen, no lo hagas por favor.- podía ver en su rostro tristeza. Sabía que no podría detenerme, y recurrió a la suplica.

- No lo hagas,- dije pero la voz me volvió a fallar.- debo hacerlo, por ti y Jeremy.

Note que no le había gustado que nombrara a Jeremy pues tenso el rostro, pero luego de unos momentos volvió a su forma normal.

- Te sacare de ahí,- susurro a mi oído bien bajo.

Asentí. Me beso en la mejilla y soltó mi mano.

Camine lentamente hacia Amber. Esta se había encaminado hacia el bosque, la seguí mientras me volteaba para ver a Dilan. Su mirada choco con la mía y fue peor. Unas lágrimas brotaron de mis ojos y me rendí, me voltee para verle la espalda a la rubia que se suponía era mi prima.

- Sube a la camioneta prima mía,- dijo luego de unos minutos de caminar. Me guiño un ojo y apunto hacia un tanque color rosado intenso.

Podría verse a lo lejos, pues el color era chillón. No parecía en verdad una camioneta, sino más bien un camión en miniatura o algo por el estilo. Amber se acerco a ella. Las llantas le llegaban por la cintura. Di la vuelta para subirme por el lado del copiloto. Amber me lanzo una mala cara.

- Hey manejas tu, siempre has sido mejor que yo en esto,- dijo irónicamente como siempre lo hacia. Pegué un largo suspiro y me encamine hacia el otro lado mientras me preguntaba como diablos me subiría. Pues quedaba bastante lejos del suelo la camioneta. Al llegar al costado alce la mano hacia la manilla, pero la puerta se abrió. Amber ya estaba sentada con una mano hacia mí.

- Esta monisimo, ¿no crees?

Bufe, monisimo le quedaba grande. Esta cosa parecía una nave extraterrestre si no fuera por el color rosa chillón, echo a la medida para una loca como Amber. Esta noto mi desagrado y soltó una risita.

- Eeeh es un Hummer H2, son de los caros.-dijo riéndose para ella.

Puse los ojos en blanco. Me portaba un bledo que marca era y menos el costo. La porquería esta era horrible a mi gusto. Me agazapé de una manilla de acero inoxidable para tomar impulso y subir. Me costo lograrlo, pues los pies se me quedaron colgando y tuve que hacer fuerza con los brazos. Una vez arriba de la nave extraterrestre, busque los pedales y lo eche a andar. Tuve cuidado al presionar el acelerador, la cosa esa tenía pinta de que saldría echa una bala a penas la tocara. Amber se rió vertiginosamente mientras tiraba palabras que eran invendibles por las carcajadas.

- ¿Po...porque... haces ee… eso?,- dijo entre risas.

- ¿Hacer que?,- dije ignorándole las risas y sin despegar mi mirada hacia el frente.

- ¿Acaso tienes miedo estamparte contra algo?,- no pude contestar pues continuo,- Baah, acaso no puedes controlar ¡TODO!

Sus palabras revolotearon en mi mente. ¿Amber sabía de mi poder? Quede petrificada en el asiento. Pero no por el hecho de que Amber conociera el pequeño secreto. Sino por lo que veía en frente de mí. A unos cuantos metros se encontraba Jeremy de brazos cruzados negándose a moverse. Me estremecí, esto empeoraría todo. Amber dejo de reírse y seguí lo que yo miraba. Pegó un suspiro largo. Frene en seco antes de acercarme más a Jeremy. Amber se había bajado del tanque rosa antes de que yo lo pudiera ver y grito desde afuera.

- Quédate ahí.

No pensaba hacerle caso. Que se creía esta ahora. Abrí la pesada puerta y saque los pies. Me entro un leve temblor cuando calcule la distancia de ahí al suelo. Era bastantemente amplia. Pero no me iba a quedar ahí, mientras que Amber y Jeremy quizás se peleaban. Ni siquiera me gire para ver en que estaban. Me aferre a la manilla, y me arrastre hacia abajo, pero como siempre resbale y me solté de la manilla, caí como plomo al suelo. Sentada y toda embarrada. Genial. Lo sentí por mi ropa, que ahora estaba media seca por el chapuzón y ahora embarrada. Tenía que sufrir mis torpezas. Dirigí la mirada hacia Jeremy y Amber, para asegurarme de que no se había percatado de mi incidente. Equivocada. Los dos me miraban con ojos de huevos fritos. Acto seguido, Amber soltó a carcajadas, tapándose la boca y apretándose el abdomen. Jeremy al contrarío, camino hacia mí suspirando. El estaba acostumbrado a cosas embarazosas como estas. Levante una mano para advertirle que me encontraba bien, mientras mi cara se inundaba por el color de un tomate.

- Estoy bien,- dije al ver que Jeremy no detenía su paso.

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