sábado, 25 de abril de 2009

Capítulo Nº Treinta y Cinco.

Enfrentamiento.

Me baje aturdida del descapotable de Dilan, pensando que su voz me inundaría nuevamente y así podría enfocarme más a la realidad. Pero esto no sucedió para mi mal augurio. La voz de Dilan no volvió a resonar en mis adentros, ni a impedirme descender del carro.

Camine sin rumbo fijo, la idea era alejarme lo más posible del convertible. Debía enfrentarme a Amber, y Jeremy llegaría en cualquier momento. Era obvio que me encontraría de todas formas, pero me daría tiempo para enfrentar a Amber sola. Además no quería que el carro fuera algún tipo de obstáculo.

Luego de alejarme lo suficiente del carro, cerré los ojos y me concentre en el bosque. Buscando nuevamente aquella figura que me había perturbado. Necesitaba seguirle cada paso. Sentí su calor y su sangre pulsante tras su piel. Intente moverme aun con los ojos cerrados. Debía acostumbrarme a ese palpitar sobrehumano. Otro sentir acaparo mi mente, pero esta vez no se mostraba con imágenes, sino solo con lo táctil. Podía percibir más formas a lo lejos. Eran sólidas como una roca, pero tenían movimiento. Su paso era vacilante pero firme. Sentía sus pasos en mi mente, eran torpes. Parecía que pidieran permiso a un pie para moverlo y luego al otro. Comencé a irritarme al no poder ver esas figuras, el sentirlas no me ayudaba a reconocerlas.

Abrí los ojos de inmediato cuando sentí el calor irradiante de Amber más cerca. Ahí se encontraba, con su habitual sonrisa irónica, pero en lo más profundo no sonreía, sino que se retorcía por la rabia y la ira. Cerré los puños inconscientemente. Mis ojos que en un principio se habían posado en Amber, pasaron de inmediato al cuerpo vacilante de su compañero. Lionel. Este miraba incrédulo a Amber con los hombros rígidos y con la respiración acompasada al igual que en mi visión.

- Valla, me sorprende que estés sola,- especulo Amber cruzándose de brazos y manteniendo su sonrisita que me irritaba. Su mirada se poso en los alrededores del bosque.

Esbocé una sonrisa al captar lo que ella intentaba buscar. A Jeremy. Cuando esta termino de inspeccionar el lugar, pozo su vista en mi rostro. Sus ojos expectantes captaron mi sonrisa y pegó un gruñido receloso.

Se encogió de hombros unos segundos y luego retomo su postura defensiva y avasalladora.

- No necesito compañía,- dije a la defensiva.

Lionel se tenso más aun en su lugar, relajo sus brazos llevándolos hacia su espalda, movió su cuello de un lado a otro e intento relajar la postura junto con sus hombros. Algo que no consiguió. Amber al notar mi expresión de interés en aquella postura le lanzo una mirada fugaz a su compañero y este retrocedió unos pasos.

Amber volvió su mirada hacia mí y sonrió dulcemente. O por lo menos lo intento.

- Mm, estas en lo incorrecto mi querida prima. Creo que te hubiera sido de utilidad tener compañía en estos momentos.

Mi frente se crispó en esos instantes, entre cerré los ojos para poder captar la tensión más fácilmente. Pero los cerré no por mucho tiempo, debía de estar a la defensa, Amber podría aprovecharse de eso. Al momento de comenzar con las visiones y sensaciones pude ver a las figuras que anteriormente no había podido captar con imágenes. Estas se encontraban a mis espaldas. Esperando alguna señal de Amber. La observaban con sumo interés, como si esperaran más que una señal.

Abrí los ojos de inmediato al percatarme de que el calor de Amber se iba a sus manos, mientras que la sangre de su brazo huía para luego volver.

Amber estiro su brazo y pego un chasquido con sus dedos. Acto seguido tenía a diez hombres a mis espaldas. El número me pillo desprevenida. A falta de mi visión no había contado las sólidas figuras y en mi último pestañeo fue complicado percatarme de ello. Pero que bajo había caído mi prima. Nunca pensé que utilizaría a terceras personas para acabar conmigo. Que cobarde y que inhumana había sido. Me voltee sin perder el sonido detrás de mí. Observe a los diez hombres. Luego de unos segundo caí en cuenta de algo perceptivo e inusual. Los hombres estaban con posturas a punto de atacar, pero sus miradas acaparaban al rostro de Amber, en ningún momento alguno de ellos me echo un vistazo. No comprendía, parecían todos fuera de si. Antes de poder llegar a alguna conclusión Amber dio aquella señal esperada por los seres. Los llame seres porque personas no parecían, sino que parecían zombis salidos de esas películas antiguas. Y no quise llamarlos zombis debido a que estos respiraban e irradiaban calor. Amber luego de proferir su señal que fue un grito muy sutil que me dejo perpetúa, pues había gritado algo como > ¡Atadla! soltó una carcajada gloriosa. Me incline hacia delante con los puños cerrados, no sabía cual era la forma más efectiva de atacar, podía ayudarme de mi percepción de los seres con los ojos cerrados y así dejarlos inmóviles con mi otro don. Pero no tenía la certeza de que este funcionara y no tenía tiempo para pensarlo tampoco. Así que decidí solo utilizar mi primer don.

Dos seres se lanzaron sobre mí de un salto, pero antes de que estos llegaran a mi los lancé contra el suelo solo con mi mente y una vez que cayeron hice que sus huesos de sus pies se fracturaran. El sonido que profirió luego fue como si me enterrara una pequeña aguja en el pulmón. No me alegraba el atacar a seres inocentes, pero no hallaba de otra. La única manera de protegerme sin matarlos era dejarlos incapacitados de seguir atacándome. Luego de repetir la situación con siete seres más mi cuerpo se estremecía de debilidad. Solo me quedaba acabar con uno solo ser, este se encontraba detrás de mi, esperando que me recuperara del último ataque, no había permitido que ninguno se me acercara lo suficiente, esta estaba a menos de dos metros de mi, su mirada al igual que la de los demás seres estaban en Amber, nunca me habían mirado a mi realmente. Me pregunte como lo hacían, como sabían a quien atacar si no me observaban, ¿Sería una pelea justa si yo no tuviera mí poder? Ellos no tienen visión. Pensé. Seria justo. Pero ese no era el caso.

El ser se lanzo sobre mi y me tomo por el cuello, estaba tan ida en mis pensamientos que me pillo por sorpresa, mi mente quedo en blanco y pude descifrar el motivo. Dilan profirió un grito de pavor petulante en mi cabeza. No pronunciaba palabra alguna, solo era un sonido que me aterraba. Mi mente volvió a la normalidad y pude pensar con claridad, tome el peso de que el ser me estaba estrangulando. Intente soltar sus manos sobre mi cuello, pero me fue imposible, estaba débil física y mentalmente. Junte fuerzas mientras mi respiración se volvía cada vez más lenta y caía a la inconsciencia por la falta de aire.

- ¡Soltadla!,- grito Amber hacia el ser que presionaba cada vez con más fuerza.,- ¡Soltadla eh dicho!-. Volvió a imponer.

Volví en si unos segundos, no me iba a dejar derrotar. Cerré mis ojos con fuerza y sentí el calor de aquel ser, sus manos ardían sobre mi cuello. Intente buscar su debilidad para atacarlo con las pocas fuerzas de mi mente que me quedaban. Al fin la hallé y ataque sin pensar como. Su debilidad se encontraba entre el costado de su abdomen, por lo que presioné su pelvis hacia arriba, me basto solo un movimiento de su hueso para que este se dislocará. El ser profirió un grito espantoso y callo al suelo liberándome de sus manos. Me voltee hacia Amber y Lionel. Esta me miraba con horror y curiosidad en los ojos y Lionel unos pasos más atrás tiritaba.

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